Apuntes sobre la democracia

José Luis Guardado Tiscareño.
José Luis Guardado Tiscareño.

Esta opinión la escribía mientras esperábamos el resultado que anunciará al próximo Presidente de los Estados Unidos de América, pero dado que la democracia no entiende de tiempos en pro de las certezas y ante la posibilidad que los resultados finales puedan tardar incluso un par de días más; es que solicitó su comprensión si … Leer más

Esta opinión la escribía mientras esperábamos el resultado que anunciará al próximo Presidente de los Estados Unidos de América, pero dado que la democracia no entiende de tiempos en pro de las certezas y ante la posibilidad que los resultados finales puedan tardar incluso un par de días más; es que solicitó su comprensión si es que la realidad supera los supuestos aquí expuestos.

Estados Unidos se ha auto erigido como ejemplo de un país democrático que junto a su poderío militar y su control económico en el mundo lo convierten en la principal potencia mundial, aunque eso no signifique que necesariamente sea el mejor país a imitar; hay decenas de otros países que valen más la pena de seguir como ejemplo por su nivel de democracia, de gobierno y de sociedad.

Sin embargo, la influencia que juega Estados Unidos y su presidente en el mundo es indiscutible, y más en nuestro país, no solo por la cercanía ni la obvia dependencia económica, si no por todo el fenómeno socio cultural que nos une. Esto sin duda forma parte del nerviosismo y la incertidumbre que se crea en torno a la actual elección presidencial y de la que vale la pena destacar algunas de sus características, más allá de ganadores o perdedores.

Hay algunas cosas que llaman bastante la atención, sobre todo cuando se comparan con los procesos de nuestro país, la primera de ellas sin duda es la fortaleza de las instituciones, ya que por encima de cualquier personaje se sobrepone un Estado de Derecho, con instituciones confiables y con garantía del respeto a la legalidad.

El hecho de que el mismo presidente Trump, haga notar su desconfianza por los resultados parciales, demuestra que, a pesar de encontrarse en pleno ejercicio del poder, no es él sino las instituciones las que determinan los procesos y los resultados.

Como nunca antes la cantidad de electores que emitieron su voto por medio electrónico o por correo postal desde días antes de la jornada electoral, da muestra de la confianza que existe por parte de la sociedad no solo en su sistema electoral si no hasta en su servicio postal. Y son precisamente estos votos los que seguramente terminaran marcando la diferencia en los resultados.

Sin duda este proceso electoral terminará sumamente cerrado, según las tendencias del momento, será el estado de Nevada el que marcará la gran diferencia, pudiendo llevar a la victoria a J. Biden con un resultado de 270 vs 268 o por otro lado a D. Trump con 274 vs 264; cualquiera que sea el resultado final seguramente motivará a que sean los tribunales los que dicten un resultado final. El como ocurra esto y su desenlace final, será un ejemplo de la fortaleza (o no) de la democracia estadounidense.

Y más allá de las características particulares del sistema político estadounidense y su complejo proceso de elección, sin duda lo que vale la pena destacar es la fortaleza y la confianza de las instituciones y el irrestricto marco legal, todo por encima de personajes, ideas, pasiones o intereses.

Mientras tanto no queda duda que el cambio o la continuidad de las políticas públicas de nuestro país vecino sin duda continuarán influyendo en nuestro país.

 




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