Pacto social por la juventud
Guiados por principios, la juventud consolida una sociedad sana, tranquila, en paz y con desarrollo y por ello necesita nutrirse permanentemente de ellos.
Lo más preciado de la sociedad es la juventud; que lleva en su sangre y en su formación la historia e identidad familiar y nacional, y en su mente el anhelo de construir un mejor futuro. La juventud sustituye a una generación y le da vida a la siguiente; así, sucesivamente, va renovando el tejido social con el pasado y con el presente para labrar el porvenir.
Para los jóvenes la familia es fundamental, porque es el ámbito en donde se forja, con el cuidado y cariño de sus padres, hermanos, abuelos, etc; y donde recibe el ejemplo de trabajo, honestidad, dedicación y valores morales y religiosos. Ahí forja su carácter, y aprende la importancia de la lealtad, integridad, generosidad y amistad, que son legado de los ancestros y se han ido transmitiendo de generación en generación.
Estos principios se convierten en la armadura con la que nuestros jóvenes van a enfrentar los retos de la vida, además de los valores sociales que tienen que ver con la ley, el orden y una serie de conductas necesarias para vivir armónicamente, con respeto a la libertad, la democracia, la tolerancia, las diversas formas de pensar, de ser, de actuar, así como el amor por la patria y la identidad nacional, etc:
Guiados por estos principios, la juventud consolida una sociedad sana, tranquila, en paz y con desarrollo y por ello necesita nutrirse permanentemente de ellos. Si se hacen a un lado, la tranquilidad social y la convivencia armónica desaparecen. Sin ellos se pierde el respeto por la vida, y si no hay respeto por la vida, todo pierde sentido.
La disminución de los valores sociales no disminuye los anhelos de los jóvenes, quienes de una manera u otra van a poner su arrojo, audacia y capacidad creadora en labrar su futuro, de manera tal que más le vale a la sociedad procurar que tengan a la mano las alternativas que los impulsen hacia el éxito, si queremos recuperar la paz y la tranquilidad.
Por ello hay que construir un pacto social por la juventud, con la participación de la familia, maestros, el sistema educativo, todos los niveles de gobierno, organizaciones sociales y partidos políticos en una estrategia general de apoyo a la juventud ¡Todo el poder económico y social en favor de los jóvenes!