¡¡Más vale malo por conocido!!
Los mexicanos ya conocemos a Trump; sabemos de los alcances de su diarrea verbal amenazante y de sus acciones para detener a los migrantes que salen de sus comunidades.
No se crean que porque digo esto, soy admirador de Trump; ¡¡nada de eso!! Sus expresiones ofensivas en contra de los migrantes lesionan la paz, dignidad e igualdad, que son los postulados fundamentales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y por ello debían considerarse una ofensa contra toda la humanidad; pero incomprensiblemente, con todo y eso, fue reelecto como Presidente del país más poderoso del mundo y vecino nuestro.
Sus ideas, cortas de mira, que no son otras más que políticas antiinmigrantes, aderezadas con amenazas de aranceles y de expulsiones masivas, sólo dejan ver su enorme creencia de pertenecer a una raza superior, y que por ello tiene el derecho de pisotear, despreciar, ofender, humillar y discriminar a los para el inferiores porque no son de su raza.
Los mexicanos ya lo conocemos; sabemos de los alcances de su diarrea verbal amenazante y de sus acciones para detener a los migrantes que salen de sus comunidades decididos a sortear toda clase de peligros para conseguir una mejor oportunidad de vida para sus familias. Trump no es el líder que necesita el mundo; No ha sido capaz de pensar en una opción que acopie apoyos para propiciar alternativas de desarrollo en sus lugares de origen, que los arraigue y les de esperanzas de una vida mejor. Sólo piensa en detenerlos, construir muros, encerrarlos, deportarlos, y dividirlos de sus familias. No sabe otra y nosotros que ya lo conocemos, podemos sugerirle que en lugar de invertir miles de millones de dolares en expulsarlos, ese dinero lo aporte a un fondo internacional concurrente con los paises de los que provienen, para crear oportunidades de empleo, educación, salud y desarrollo. Si en su casa se propicia la existencia de elementos de bienestar, ahí se quedarían los que están, y se regresarían los que por ahí andan sorteando peligros y sufriendo malos tratos.
Este Trump que ganó por segunda vez no es otro; es el mismo sin nuevas ideas, ya un poco más viejo y cansado, pero no por ello más sensible y humano. Los mexicanos somos los mismos, pero ya con la experiencia de conocer sus alcances, y por ello estamos mas preparados para salir adelante. La Presidenta Claudia Sheinbaum ya estuvo cerca de las decisiones del más alto nivel en nuestro país, y por ende confío en su madurez y experiencia, que le hará más fácil sortear los riesgos de ésta relación con Trump y convertirla en oportunidad de mejorar. No se dejará engañar por este monstruo vanidoso, que luego, apartándose del más elemental respeto, presume de manipular a los Presidentes para que atiendan a sus demandas y presiones. La Presidenta Sheinbaum cuenta con el apoyo de todos los mexicanos. Esto no es cuestión de ideología, es cuestión de dignidad nacional.
Podemos decir por ello que el liderazgo de Trump es malo, pero es una opción conocida en comparación con lo desconocido y en contraste, una presidencia de Kamala Harris habría representado quizá una “buena por conocer”, con la posibilidad de una relación más cooperativa y menos conflictiva, aunque con incertidumbres sobre cómo se desarrollarían las políticas bilaterales.
En resumen, aunque la reelección de Trump presenta desafíos conocidos para México, también ofrece la oportunidad de aplicar lecciones aprendidas y estrategias previamente desarrolladas para manejar la relación bilateral de manera efectiva.
La reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos plantea desafíos significativos para México en áreas como migración, comercio y seguridad. Para enfrentar estos retos, México podría considerar las siguientes estrategias:
– Fortalecimiento de la diplomacia bilateral, con canales de comunicación abiertos y efectivos con la administración de Trump. La presidenta Claudia Sheinbaum ha enfatizado la importancia de una “coordinación sin subordinación” en la relación bilateral, buscando un diálogo respetuoso que permita abordar temas sensibles sin comprometer la soberanía nacional.
– Diversificación de relaciones comerciales. Ante posibles presiones o renegociaciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), México podría explorar y fortalecer relaciones comerciales con otros países y regiones, lo que reduciría la dependencia económica de Estados Unidos y abriría nuevas oportunidades de mercado para productos mexicanos.
– Implementación de políticas migratorias equilibradas. México podría impulsar el establecimiento de un Fondo Económico Internacional para propiciar el Bienestar en México y los países migrantes, además de desarrollar estrategias que equilibren la seguridad nacional con el respeto a los derechos humanos de los migrantes.
– Fortalecimiento de la seguridad interna. México podría intensificar sus esfuerzos en la lucha contra el crimen organizado, con una mejor coordinación entre las fuerzas de seguridad, inverción en tecnología y capacitación, y promoviendo programas sociales que aborden las causas subyacentes de la violencia.
– Promoción de la inversión extranjera directa. Incentivar la inversión extranjera de otros países, destacando ventajas como su ubicación geográfica, mano de obra calificada y acuerdos comerciales vigentes. Esto ayudaría a mantener el crecimiento económico y la generación de empleos.
En resumen, una estrategia integral que combine diplomacia, diversificación económica y fortalecimiento interno permitirá a México enfrentar de manera efectiva este nuevo panorama.