Todo a su tiempo

El otro día estaba con mi sobrina que tiene 2 años y medio de casada. Está embarazada y tiene muchos de los síntomas propios de una mujer embarazada; se siente con mareos, tiene ascos, duerme todo el día y lo único que quiere es estar en su casa y acostarse temprano. Ella siempre ha sido … Leer más

El otro día estaba con mi sobrina que tiene 2 años y medio de casada. Está embarazada y tiene muchos de los síntomas propios de una mujer embarazada; se siente con mareos, tiene ascos, duerme todo el día y lo único que quiere es estar en su casa y acostarse temprano.

Ella siempre ha sido una persona muy alegre y pachanguera, pero todo eso se le ha quitado con el embarazo. A ella y a su marido no les importan todos estos cambios pues ya hace una año que empezaron a buscar al bebe.

Con el embarazo de un hijo, y principalmente con el primero, tanto como a la mamá como al papá les cambia la vida radicalmente. Aparte de todos los síntomas físicos, ya dejan de vivir para ellos y mucho de su tiempo gira alrededor del hermoso bebe.

Es una realidad que para la persona, sobre todo para la mujer se acaba la época de recibir y empieza la época de dar, se acaba el vivir solo para ella, el gastar su dinero solo en ella y empieza la época de ver por el bebé.

Este dar dentro del matrimonio y con una pareja estable es pura felicidad porque con mucho gusto sufres todos estos síntomas físicos y con mucho gusto empiezas a hacer gastos diferentes a los que tenías antes. Ya no gastas tanto en tu persona y empiezas a gastar en lo que al bebé le hace falta; su cuna, los pañales, la ropita, el hospital, los biberones, etc.

Reflexionando, comparaba yo el embarazo de esta sobrina con el de tantas madres tanto adolescentes como adultas que no tienen pareja y que viven toda esta situación la mayoría de las veces solas, sufriendo situaciones muy desgastantes que no es normal ni sano que estén pasando.

Todo en la vida tiene su tiempo, así como hay tiempo para sembrar y tiempo para cosechar hay tiempo para tener un hijo y para criar una familia y que mejor que tenerlo apoyada y acompañada por tu marido, y a una edad en la que estás preparada tanto sicológica como físicamente.

Foto: Cortesía.



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Isabel Orendain

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