¿Una vacuna a modo?

Huberto Meléndez Martínez.
Huberto Meléndez Martínez.

¿Quién dijo que la vacuna contra el Covid-19 podría ser parecida a las que se han descubierto hasta hoy para combatir otras enfermedades? Sí, para nuestra comodidad quisiéramos que llegara alguna inyección pequeña que se coloque en un glúteo, en un hombro o brazo… no, mejor que sean unas gotas con sabor a fruta, para … Leer más

¿Quién dijo que la vacuna contra el Covid-19 podría ser parecida a las que se han descubierto hasta hoy para combatir otras enfermedades?

Sí, para nuestra comodidad quisiéramos que llegara alguna inyección pequeña que se coloque en un glúteo, en un hombro o brazo… no, mejor que sean unas gotas con sabor a fruta, para que nos sea agradable y no produzca temor ni miedo al aplicarla.
Los seres humanos nos hemos acostumbrado tanto a dejar la facilidad para conseguir lo que somos o tenemos, que ha sido desafortunado para nuestra supervivencia.

En la línea del tiempo, puede considerarse que fue hace “muy poco”, respecto a la historia del ser humano, cuando Luis Pasteur hacía esfuerzos desesperados por encontrar la manera de combatir la rabia, a través de un anticuerpo cultivado en el organismo del ser humano, pero proveniente del perro. Lo consiguió y gracias a ello la humanidad encontró la cura contra la rabia.

Actualmente las vacunas no se generan por el ingenio o trabajo de investigación de un científico, sino de comunidades enteras de mujeres y hombres de ciencia, en laboratorios sofisticados de alta tecnología, por la complejidad de las enfermedades de nuestra vida contemporánea.

¿A qué se debe? Si sabiendo que al privilegiar el consumo de frutas y verduras, equilibrando con la ingesta de otras comidas poco recomendables como las carnes grasas, además de realizar disciplinadamente una rutina de ejercicio físico, es suficiente para tener una vida sana…

La hipótesis de quien esto escribe, corresponde a la proximidad con la denominada sociedad de consumo. Las grandes empresas tienen fábricas de alimentos procesados y destinan exorbitantes cantidades de recursos económicos en la difusión de su producción para posesionarla en las comunidades, creándoles la necesidad de comprarlos.

Han conseguido su propósito atrapando la conciencia de las personas. Por ejemplo, los mexicanos preferimos ingerir una bebida gaseosa a la preparada en casa con frutas naturales. Buscamos las marcas, en lugar de verificar la utilidad y durabilidad de ropa y calzado.

Aspiramos al confort para la inactividad, en vez de utilizarlo para asumir otras actividades de crecimiento intelectual, cultural, moral, social, humano.
¿Cómo es posible admitir que esas compañías hayan logrado convencer a la población que su motivación es la salud, cuando en realidad su interés está centrado en las ganancias?

Según el sector médico la principal cura es disponer de un sistema inmunológico fuerte, lo cual es posible conseguir de manera gratuita por la mayor parte de la población.

Sólo se necesita adquirir una cultura alimenticia en términos de saber cuáles son los comestibles más adecuados a nuestro metabolismo y realizar actividades físicas que permitan mantener un cuerpo activo.

La cura de los padecimientos de salud se encuentra más cerca de lo imaginado. Sólo que ahora implica un esfuerzo especial y quizá extraordinario, para lograr la adquisición de una cultura basada en el ser y no en el tener.

*Director de Educación Básica Federalizada




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