La influencia de un buen docente

Huberto Meléndez Martínez.
Huberto Meléndez Martínez.

Cuando decides estudiar lo que te gusta, lo aplicas en tu vida y lo enseñas… eres un afortunado y los que aprenden de ti, lo son aún más.

Al respetado maestro Eduardo Mancera Mtz. QEPD.

La estancia pareció tener más luz cuando entró el conferencista, generando expectación y se hizo silencio respetuoso en la treintena de profesores de diversos niveles educativos que estaban ávidos de conocimientos.

Con un rostro afable, sonriente, saludador, cargando una mochila con libros y un proyector de acetatos (todavía no se popularizaba el proyector multimedia), llegó a exponer su tema.

La persona que se encargaría de la logística del aula, ayudó a instalar su aparato y disponer en orden los materiales que colocó sobre el escritorio. Habló claro y fuerte:

“Recibamos con un aplauso al Dr. Eduardo Mancera Martínez, prestigiado autor de libros de matemáticas para secundaria, quien nos comparte hoy las novedades en estrategias didácticas para perder el miedo a la asignatura.”

La disertación fue amplia, detallada, dinámica con una actitud alegre, atenta y actividades que generaron conflicto sobre los conceptos tradicionales de la materia.

Fueron enterándose que el mentor hacia años participaba en una Asociación Civil que agrupaba a profesores de todo el país.

¿Cómo es que alguien puede ser tan competente, lúcido y capaz. Además de incluir virtudes de tolerancia, tesón, apertura y flexibilidad de pensamiento? Observaba uno de los asistentes.

El evento se realizaba en Guadalajara, Jal. a finales de los años 90’s. Era un Congreso Regional de enseñanza de las matemáticas y en esa ocasión los profesores Polo Barragán y José Luis Glez. insistieron en ser partícipes.

Dieron cobertura los tres días y luego regresar a su Estado a compartir lo adquirido con sus colegas.

Volvieron motivados y eufóricos de haber conocido una agrupación que se dedicaba exprofeso a hacer amigables los conceptos y contenidos para los escolares.

Conocieron a otros docentes de diversos puntos del país y también el proceso para implementar una organización a nivel local y coordinada con esta Asociación.

Años después fueron teniendo acceso a información de los dirigentes, su prestigio académico y habilidad pedagógica.

Buscarían después el vínculo permanente para la relación sucesiva.

En alguna ocasión el conferencista comentó a un colega, cómo se había decidido en estudiar la carrera.

Su padre, era un ingeniero mecánico electricista, quien además trabajaba como docente en la Vocacional 4 del IPN. Entre sus entretenimientos estaban el diseñar y colocar una alarma en la barda perimetral de su casa, cerraduras eléctricas y varias cosas más que maravillaban pues explicaba detalladamente el funcionamiento de sus artilugios.

“¿Qué vas a estudiar?”. Preguntó. “Físico-matemáticas” contesté. “¡No! ¡Te vas a morir de hambre!”.

– “Eso es lo que quiero ser”.

Efectivamente, al entrar a la Vocacional 1 ya había tomado la decisión de ser profesor de matemáticas y sólo hacía pocas semanas que conocí la existencia de la ESFM (apenas cuatro años de iniciada), por eso me decanté hacia allá.

Lalo fue seducido por la enseñanza de las matemáticas y su investigación, tal como ocurrió con otros que lo pensaban seriamente, hasta que conocieron la problemática. México salió ganando con ello.

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