Asignación inesperada

Huberto Meléndez Martínez.
Huberto Meléndez Martínez.

Las sorpresas y responsabilidades que nos da la vida, representan un reto y ponen a prueba nuestra capacidad.

Con reconocimiento a las Sras. Victoria Rivera(+), Jesusita Valero(+) y Ofelia Esparza.

Sin imaginar la dimensión del compromiso intentaba dormir en el incómodo asiento del ferrocarril, esa fresca noche de verano, rumbo a la Capital del Estado.

Hacía frío y no lograba conciliar el sueño. Era la segunda desvelada. Apenas una noche antes había estado en la misma situación camino a la comunidad en donde prestaba sus servicios de maestro de grupo en Educación Primaria y había tenido que regresarse por atender una tarea de última hora.

Apenas había llegado la tarde anterior y al oscurecer recibió la visita del Delegado Municipal, el Comisariado Ejidal y dos integrantes de la Mesa Directiva de la Secundaria por Cooperación en donde había colaborado voluntariamente por las tardes, en el ciclo escolar anterior.

“Queremos hablar con usted, profe”, había sido la petición de los Sres.

“A sus órdenes”, respondió el mentor franqueando el paso a la modesta vivienda en que pernoctaba.

“Venimos a pedirle que sea usted el Director de la Secundaria”, sentenció el Comisariado Ejidal.

Sorprendido o quizá asustado quiso asimilar la expresión, totalmente inesperada.

Queriendo ser ecuánime respondió:

“Creo que no voy a poder, carezco de la experiencia y el conocimiento de la gestión que se necesita hacer. Apenas cuento con lo que aprendí en un año. Desconozco a qué instancia acudir para continuar con los trámites que el Director anterior realizó y tampoco sé qué etapa del proceso se ha realizado. Les propongo que inviten al Maestro Antonio, el tiene mucha experiencia docente. Hablen con él, tal vez se anime a colaborar”.

-“Necesitamos que sea usted el Director. Los maestros que estuvieron aquí el año pasado se cambiaron de lugar y los nuevos aún no llegan. Mañana nos recibe en la ciudad de Zacatecas el Gobernador electo y debemos viajar está noche para estar allá a las 8:00 hrs.”

-“Precisamente el Mtro. Antonio conoce al próximo Gobernador y su oficina”. Argumentó para afianzar su negativa.

-“Pero nosotros si lo conocemos y sabemos en donde hallarlo. Por lo pronto usted nada más acompáñenos. Nosotros hablamos con él. Por favor prepare sus cosas, porque dentro de media hora sale una camioneta con usted y los de la comisión.”

Agotados sus argumentos, el profesor sólo pudo decir: “Si se trata de acompañarles en una comisión urgente, puedo ir. Luego veremos a quién se le asigna la dirección escolar”

Treinta minutos después ya estaban en el vehículo Doña Chita, Doña Victoria, Doña Ofelia, Don Laurentino y él, para viajar hacia la estación del tren, mismo que abordaron a la media noche.

La ciudad de cantera y plata los recibió con su característico clima frío. En efecto, ellos conocían el camino y a las personas que los recibirían horas después.

Al día siguiente volvieron a la comunidad henchidos de optimismo porque recibieron el documento con el cual se formalizaba la existencia de su Escuela Secundaria, coronando los sacrificios, luchas y gestiones realizadas durante varios años.

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