Felicidades a la raíz del afecto

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

Para el día de hoy que celebramos el Día de las Madres en México, retomo una reflexión del Su Santidad Dalai Lama sobre su Mamá que me hace analizar ciertos momentos en la vida de cada una de nuestras mamás: “Mi propia madre fue esencialmente amable. Ella fue particularmente amable conmigo. No había asistido a … Leer más

Para el día de hoy que celebramos el Día de las Madres en México, retomo una reflexión del Su Santidad Dalai Lama sobre su Mamá que me hace analizar ciertos momentos en la vida de cada una de nuestras mamás: “Mi propia madre fue esencialmente amable. Ella fue particularmente amable conmigo. No había asistido a la escuela en nuestro pueblo y ella era analfabeta, sin embargo, era naturalmente amable. No tenía juguetes con los que jugar, pero en vez de eso nos montaba sobre sus hombros mientras trabajaba en los campos o con nuestros animales. Nosotros, sus hijos, nunca vimos una expresión de enojo en su rostro. Ella fue amable con nosotros, amable con nuestros vecinos. Cuando las víctimas de la hambruna venían a la puerta, ella siempre les encontraba algo para comer. Es gracias a ella que soy la persona feliz y sonriente que soy hoy.”
Todos al nacer, hemos sentido el afecto de nuestra madre, el cuidado y la atención en toso los sentidos, y así haciendo una analogía, podemos decir que nuestra madre tierra nos está enseñando una lección de responsabilidad universal. Este planeta azul es un hábitat delicioso. Su vida es nuestra vida; su futuro, nuestro futuro. De hecho, la tierra actúa como una madre para todos nosotros; como hijos de ella dependemos. Ante los problemas mundiales que estamos atravesando es importante que trabajemos todos juntos, y al reflexionar sobre lo que fue y ha sido nuestra madre, podemos tomar varias determinaciones sobre el cuidado y atenciones.
Creo que la naturaleza es fundamentalmente gentil y compasiva, pero no es suficiente para confiarnos en que siempre va a estar. Debemos desarrollar una apreciación de y todo lo que nos rodea, pero sobre todo en nuestra vida diaria. Debemos considerar la unidad de la familia como la humanidad, recordando a nuestra madre que siempre quiere nuestra felicidad, nos quiere ver realizados y que no suframos, y aun cuando enfrentemos problemas, no debemos perder la esperanza, sigamos viviendo con determinación lograr los resultados para que a ejemplo de nuestra madre, alcancemos la serenidad, la bondad, pero sobre todo el afecto que recibimos de ellas siempre.
Feliz día de las madres que están todavía con nosotros y el recuerdo de las que nos dejaron su testimonio y cariño de lo que hoy somos.




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