El 2020 ha llegado

Estimados fieles cristianos y agentes de pastoral de la Diócesis de Zacatecas: !Bienvenidos a la fase celebrativa del III Sínodo Diocesano!

El tiempo se ha llegado, el pueblo de Dios que peregrina en esta Iglesia Particular está de plácemes al recibir con alegre esperanza el año 2020. Desde aquel domingo 23 de noviembre de 2014, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, anunciamos solemnemente lo que esperábamos al llegar a esta fecha tan ansiada y preparada.

La ruta que trazamos en ese entonces, indicaba con una flecha especial el acontecimiento eclesial a celebrar: un Sínodo Diocesano. El objetivo propuesto desde enero de 2013 indicaba el fin de nuestros sueños, búsquedas, desvelos, trabajos y resistencias: una Iglesia que se renueva en su misión y visión, en sus valores prioritarios y en los procesos e itinerarios pastorales. El espíritu, el fondo y las formas tenían como horizonte la urgencia de la nueva evangelización. Adoptamos una nueva metodología con un nuevo lenguaje para acelerar el camino pastoral emprendido años antes y comprender mejor el lenguaje de nuestro tiempo.

El año 2020 ha llegado y el futuro de la Iglesia de/en Zacatecas, también. Estamos llegando juntos a un año que debe significar mucho para el presente y que va a diseñar, de alguna manera, el futuro de la Iglesia diocesana en sus comunidades, estructuras, dinamismos, sectores, movimientos y grupos.

Todo para llegar a una Iglesia en salida, cercana, samaritana, misionera, evangelizada y evangelizadora.

Hemos recorrido la ruta con esperanza y con las fatigas propias de las esperas, con aciertos y tropiezos; a veces rápido, otras con ritmos desiguales, en ocasiones con lentitud. Siempre con el deseo de ser fieles al Señor y a su Iglesia que está llamada a ser fermento de Evangelio en las nuevas culturas con los desafíos que diagnosticamos en los trabajos previos.

El Proyecto Global de Pastoral 2031-2033 de la Iglesia en México será inspiración y guía en el discernimiento de los desafíos que atañen a nuestra Diócesis.

La fase celebrativa del III Sínodo nos pide ciertas actitudes que generen visión y seguridad para asumir y liderar la renovación en esta nueva etapa evangelizadora de nuestra Iglesia particular.

Amor agradecido

Damos gracias a Dios y a tantos Fieles Laicos, Vida Consagrada, Diáconos y Presbíteros que han aportado con generosidad lo mejor de su fe, sus búsquedas, su experiencia, su sabiduría. Ellos/as han sido la mediación con la que el Espíritu ha animado nuestras propias búsquedas para permanecer fieles en el cambio, renovarnos en la conversión, reestructurarnos en vistas a la revitalización. Unos a la primera hora y otros que se fueron sumando e integrando a la Ruta 2020 con apertura, interioridad, generosidad, esperanza y compromiso.

Gracias a la siembra y cultivo pastoral de las generaciones anteriores y al fatigoso caminar de los últimos años, hemos perseverado en el seguimiento de Jesús y en la búsqueda de itinerarios para la necesaria renovación de nuestra Iglesia Diocesana.

¡Santo, fecundo y festivo Año Sinodal! Con mi aprecio y bendición.

*Obispo de/en Zacatecas