

Rafael Sánchez Andrade.
El Programa Sectorial de Educación 2025-2030 plantea un conjunto de objetivos que buscan atender dos de los problemas más persistentes del sistema educativo mexicano.
El Programa Sectorial fija metas para ampliar la cobertura y garantizar trayectorias educativas completas.
El Programa Sectorial de Educación 2025-2030 plantea un conjunto de objetivos que buscan atender dos de los problemas más persistentes del sistema educativo mexicano: la insuficiencia de la oferta en ciertos niveles y el abandono escolar. Aunque el documento incluye seis objetivos en total, los dos primeros —ampliar el acceso y garantizar trayectorias escolares completas— concentran las metas más visibles y, al mismo tiempo, los mayores desafíos.
Ampliar la oferta: entre la expansión y la pertinencia
El incremento de la cobertura educativa, particularmente en la Educación Media Superior (EMS), ha sido un propósito recurrente en las últimas décadas. El programa retoma esta línea con estrategias como la creación de nuevos planteles y la diversificación de modalidades (dual, mixta, semipresencial y no escolarizada). También otorga relevancia a la educación profesional técnica, con la intención de hacerla más atractiva frente al predominio del bachillerato general.
Sin embargo, el desafío no se reduce a abrir más espacios. La experiencia indica que la expansión sin criterios de pertinencia puede derivar en planteles subutilizados o en programas desconectados de las necesidades regionales. En este sentido, el planteamiento de reforzar la vinculación con el sector productivo resulta clave, pero exigirá mecanismos sólidos de articulación entre autoridades educativas, empresas y comunidades educativas.
La meta de elevar la tasa neta de escolarización en EMS de 63.3% (2023-2024) a 66.0% en 2030-2031 es modesta en términos cuantitativos. Esto sugiere que la prioridad está en consolidar la infraestructura existente y mejorar la transición entre secundaria y EMS más que en un crecimiento acelerado de la matrícula.
Trayectorias completas: el reto de la permanencia
El segundo objetivo aborda un tema crítico: la interrupción de trayectorias escolares. Garantizar que los estudiantes no solo ingresen, sino permanezcan y concluyan sus estudios, implica atender factores estructurales como desigualdad socioeconómica, brechas regionales y la limitada articulación entre niveles.
Las metas de reducir el abandono de 11.2% a 9.7% y elevar la eficiencia terminal de 72.9% a 85.0% hacia 2030-2031 son ambiciosas en un contexto donde la deserción responde tanto a causas escolares (rigidez curricular, insuficiente acompañamiento académico) como extraescolares (condiciones económicas, trabajo infantil o juvenil, inseguridad). Lograrlo requerirá políticas de apoyo integral, que incluyan becas, tutorías, fortalecimiento de trayectorias escolares continuas y programas de orientación vocacional.
Si bien el Programa Sectorial ofrece un horizonte claro, su alcance real dependerá de cómo se traduzcan los objetivos en políticas efectivas. Los datos proyectados muestran que, aun en el mejor escenario, cada año más de medio millón de jóvenes abandonarán sus estudios en el periodo 2025-2030. Esta cifra revela la magnitud del reto y la necesidad de estrategias que vayan más allá de lo escolar, incorporando políticas sociales y económicas que reduzcan las presiones que enfrentan las familias.
El Programa Sectorial de Educación 2025-2030 constituye un esfuerzo importante por priorizar la cobertura y la permanencia, pero el éxito dependerá de la capacidad institucional para asegurar igualdad de oportunidades y un aprendizaje con sentido.