350 mil asesinados y más de 72 mil desaparecidos; AMLO debe definir una estrategia

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

Han transcurrido exactamente 50 años desde que el 18 de junio de 1971 el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, declaró la Guerra contra las Drogas. En un mensaje que envió al Congreso de su país, calificó al abuso de drogas como el “enemigo público número uno” de su país y anunció que su … Leer más

Han transcurrido exactamente 50 años desde que el 18 de junio de 1971 el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, declaró la Guerra contra las Drogas.

En un mensaje que envió al Congreso de su país, calificó al abuso de drogas como el “enemigo público número uno” de su país y anunció que su gobierno le dedicaría más recursos a la “prevención de nuevos adictos y la rehabilitación de los adictos”.

Desde el principio, dicha “guerra” estaba perdida y años después se supo que la decisión de Nixon obedeció a causas políticas.

Así lo aceptó en 1994 quien fuera el Asesor Jefe para Asuntos Domésticos de Nixon, John Ehrlichman, en una entrevista que le concedió al periodista Dan Baum.

Según Baum, Ehrlichman le dijo que “La campaña electoral de Nixon en 1968 y la Casa Blanca de Nixon después de eso, tenían dos enemigos: la izquierda pacifista y los negros. ¿Entiendes lo que estoy diciendo? Sabíamos que no podíamos hacer que fuera ilegal el hecho de estar en contra de la guerra o de los negros, pero al hacer que el público asociara a los hippies con la mariguana y a los negros con la heroína, y luego criminalizar fuertemente a dichas drogas, podríamos perturbar esas comunidades. Podríamos arrestar a sus líderes, asaltar sus hogares, interrumpir sus reuniones y difamarlos noche tras noche en los noticieros nocturnos. ¿Sabíamos que mentíamos sobre las drogas? Por supuesto que lo sabíamos”.

Ha pasado medio siglo desde que por falsas razones Nixon iniciara su guerra y que la mayoría de los gobernantes nacionales, para quedar bien con él, también la declararan en sus respectivos países.

Durante este largo periodo, bajo el pretexto de combatir el consumo de las drogas y a quienes las producen, transportan y venden, se han gastado billones de dólares alrededor del mundo y perdido cientos de miles de vidas por la violencia.

Según Drug Policy Alliance, una ONG neoyorquina que busca que se adopten políticas que “reduzcan el daño que producen tanto el consumo de las drogas como la prohibición de su uso”, desde 1971 el gobierno de EEUU ha gastado un billón de dólares en su guerra contra las drogas y encarcelado a millones de personas por delitos relacionados a la venta o el consumo de drogas. Tan solo entre 1985 y 2000, 31 millones de personas habían sido arrestadas por estos delitos, aproximadamente 1 de cada 10 estadounidenses.

Hasta ahora, tanto el gobierno estadounidense como el de los demás países, México incluido, han perdido la guerra contra las drogas y los narcotraficantes que además han incursionado con éxito en otros negocios ilegales.

Felipe Calderón les declaró la guerra a los cárteles de la droga en diciembre de 2006, su sucesor Enrique Peña Nieto la continuó y desde diciembre de 2018 nadie entiende bien cuál es la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador para resolver el problema del narcotráfico.

Urge que AMLO la defina porque la situación es cada día más grave, tal como la describieron José Luis Pardo Veiras e Íñigo Arredondo el 14 de junio pasado en su editorial en The New York Times: “En México han sido asesinadas alrededor de 350,000 personas y más de 72,000 continúan desaparecidas —según cifras oficiales de enero de 2006 a mayo de 2021”.




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