Economía vs Salud

José Luis Guardado Tiscareño.
José Luis Guardado Tiscareño.

Casi cuatro meses han pasado desde que se reportó el primer caso de coronavirus en México (27 de febrero), hasta ayer las cifras alcanzaban en nuestro país los 154 mil 863 contagiados confirmados y 18 mil 310 muertes. El debate sobre el manejo de la pandemia en nuestro país se ha abierto, mucho se insiste … Leer más

Casi cuatro meses han pasado desde que se reportó el primer caso de coronavirus en México (27 de febrero), hasta ayer las cifras alcanzaban en nuestro país los 154 mil 863 contagiados confirmados y 18 mil 310 muertes. El debate sobre el manejo de la pandemia en nuestro país se ha abierto, mucho se insiste en no politizar el tema, sin embargo, ante la incertidumbre sobre lo que nos espera para el futuro próximo hoy se presentan más preguntas que respuestas, en un ambiente social por demás fastidiado.

Estamos frente a dos posibles escenarios respecto al comportamiento de la pandemia en nuestro país; esperar parecernos más a Italia (el peor referente al inicio de la pandemia) o llegar a parecernos a Brasil (el peor referente al momento), lo cierto es que a pesar de los esfuerzos por contener el contagio y de generar la mayor información posible al respecto, sigue prevaleciendo un ambiente de desconfianza, incredulidad, incertidumbre y recientemente de fastidio y aburrimiento sobre el tema.

Desde el inicio de la emergencia sanitaria hubo evidentes contradicciones entre el subsecretario de Salud, quien encabeza la estrategia gubernamental en contra de la pandemia y el presidente de la República, este último fue el último en “quedarse en casa” y el primero en salir para retomar sus giras por el país, a pesar de las recomendaciones de su propio encargado en la materia. Las contradicciones entre el discurso oficial y las acciones presidenciales resultan, nuevamente, diametralmente opuestas.

Hoy la pregunta es ¿qué estamos aprendiendo de ello?, y creo que la respuesta será simple (aunque el proceso no lo sea) o nos volvemos más solidarios y conscientes o reforzaremos la apatía y el individualismo. Durante este tiempo, muchas protestas sociales, políticas, culturales, se vieron obligadas a replegarse y detenerse, aunque se dejó lugar para evidenciar de manera clara las motivaciones de aquellas protestas.

La cuarentena en el mundo, pero sobretodo en México, ha exhibido las situaciones de pobreza, desigualdad, violencia, racismo y hasta autoritarismo que de manera tan sutiles y al mismo tiempo tan crudas, siempre han existido pero que ahora parecen manifestarse de manera tan obvia entre la sociedad. Los intereses, pero sobretodo las necesidades económicas se han sobrepuesto a las medidas de prevención y restricciones sanitarias que pretendían salvaguardar la salud de la población.

A pesar del discurso moralista y la abolición del neoliberalismo por parte del gobierno, la realidad se sigue imponiendo en México, la pobreza crece a pesar de los miles de millones de pesos que se destinan para combatirla, a razón de que los programas gubernamentales siguen favoreciendo la promoción electoral antes que las emergencias sociales. La desigualdad nos demuestra como subsisten millones de mexicanos en una economía informal que simplemente no les garantiza ni acceso a sistema de salud, ni un ingreso seguro, mucho menos condiciones de mejora en su calidad de vida. La inseguridad y la violencia siguen azotando nuestras ciudades, con todo y que un ejército vestido de blanco patrulla nuestras calles.

Desafortunadamente y con todo y la pandemia por Covid-19, la realidad en la que viven millones de mexicanos sigue siendo la misma: una realidad condicionada por un sistema económico que propicia la desigualdad y los gobiernos incompetentes y populistas que a pesar de sus buenas intenciones siguen sin otorgar soluciones reales, condenando a nuestro país al atraso y al subdesarrollo.

*José Luis Guardado Tiscareño




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