Día internacional del sistema anticorrupción

Combatir la corrupción requiere de un enfoque integral que involucre a estas instituciones que representamos.

La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 9 de diciembre como el día internacional contra la corrupción y reflexionando sobre ello, considero que mientras escribo, el mundo sigue atravesando una crisis cada vez más grave -conflictos que se recrudecen, desigualdades que se ahondan y cambios constantes, ahora más que nunca, la labor de la agenda anticorrupción es decisiva. Y también urgente.

En apenas 20 años en el tema de transparencia, el IZAI se ha transformado en un foro que aborda dos cuestiones de derechos humanos, la transparencia y la protección de datos personales. Sus actividades se han multiplicado de modo exponencial no sólo en el tema de sus resoluciones, sino también ante el crecimiento fehaciente del uso de tecnologías de la información que invariablemente nos ha rebasado a todos, por ello, la importancia de temas como estos en la estructura anticorrupción es evidente.

Combatir la corrupción requiere de un enfoque integral que involucre a estas instituciones que representamos, pero no podemos caminar solas y solos, requerimos de la sociedad civil, pero para que la sociedad civil quiera participar, debe conocernos, deben sentirse familiarizados con nosotros, con nuestras instituciones, porque únicamente bajo este engrane es que el sistema estatal anticorrupción puede operar y para operar debe socializarse y conocerse.

Posterior a la pandemia de COVID-19 nos fueron planteados retos que ninguno de nosotros había conocido antes. Se han mantenido los derechos humanos en la agenda internacional y se ha preservado su capacidad de respuesta a los problemas más urgentes.

Han sido ya muchas las propuestas para la implementación de mecanismos institucionales para atender la corrupción, pero no podemos recetar el medicamento sino conocemos a fondo el diagnóstico, y ¿cómo vamos a conocer el problema? Analizándolo, implementando programas, haciendo foros, realizando campañas de concientización a la ciudadanía, darles el remedio y el trapito para que sepan qué hacer y con quién acudir, y cuando un ciudadano o ciudadana acuda, nosotros como titulares debemos tomar las riendas y con responsabilidad asesorar a estos ciudadanos que confían en nosotros, porque la sociedad, los hombres y mujeres están cansados ya de acudir a una institución y decirle que no es la instancia correcta y mandarlos a otro lugar y a otro y a otro, se cansan y eso lleva a la desconfianza.

El que una persona acuda a nuestras instituciones a pedir ayuda es un privilegio, porque quiere decir que ha puesto su confianza en nosotros, y en nosotros los servidores públicos, está el brindarle una asesoría correcta, eficiente y eficaz pero para que podamos brindar eso a la sociedad somos nosotros quienes debemos estar primero capacitados y a la altura de las circunstancias, sólo así tendremos injerencia en la agenda anticorrupción con miras a una igualdad entre quienes conformamos la sociedad y podremos decir que los derechos humanos son efectivos para todos.

Hoy debemos esforzarnos por mantener su pertinencia en un mundo en constante mutación. Sigamos tratando todos los asuntos con la misma importancia -ya sean cuestiones de igualdad de género, la repercusión de las nuevas tecnologías sobre los derechos humanos, la lucha contra la corrupción, el derecho a la alimentación o la atención sanitaria, o los problemas que afectan a los niños migrantes- nuestra responsabilidad consiste en dedicarles tiempo para examinarlos de manera urgente y eficaz.

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