Desenvolvimiento social

Huberto Meléndez Martínez.
Huberto Meléndez Martínez.

Dedicado con afecto a los amigos César, Ismael, Gerardo, Alfredo   Sin saber las razones de la decisión tomada sobre quienes debían formar parte en la conformación de una escena de teatro, relativa a la conmemoración cívico-escolar del Día de la Independencia. La maestra Carmen Orozco, asesora del grupo, leyó la lista de seleccionados. Había … Leer más

Dedicado con afecto a los amigos César, Ismael, Gerardo, Alfredo

 

Sin saber las razones de la decisión tomada sobre quienes debían formar parte en la conformación de una escena de teatro, relativa a la conmemoración cívico-escolar del Día de la Independencia. La maestra Carmen Orozco, asesora del grupo, leyó la lista de seleccionados.

Había alumnos que siempre querían participar en tan honrosa conmemoración, otros pretendían siempre pasar desapercibidos.

Hubo revuelo por los pasillos, en las conversaciones entre el alumnado, comentando los nombres que representarían a aquellos personajes históricos: Miguel Hidalgo, Allende, Aldama, Mariano Abasolo…

La asignación más atinada fue la del Padre de la Patria (Ismael Fragoso). Pronto diseñaron la cabeza con un pedazo de media, una peluca y un poco de maquillaje. Conseguir una sotana con el Párroco de la Iglesia sería relativamente sencillo.

El papel de Allende quedó entre los estudiantes introvertidos, tanto, que no se atrevió a resistirse. Varios condiscípulos manifestaron su extrañeza y solicitaron participar.

Para su sorpresa la mentora se sostuvo en la designación, sin conseguir entender los motivos de tan insólita decisión, porque la mayoría deseaba participar y donde había mayor cupo, era formando parte de La chusma que acudiría al llamado de la misa, convocada por el Cura, dentro de la escenificación. Sería más sencillo conseguir indumentaria y “armas”, el conjunto fue creciendo hasta lograr la cantidad adecuada, definida por el juicio de la directora.

César se ofreció a prestarle un saco de su hermano mayor que estudiaba en La Marina Nacional, la maestra se comprometió a confeccionar el sombrero, él solo debía conseguir un pantalón color negro.

Lo difícil para el muchacho sería memorizar el texto, pues tuvo un intento fallido cuando cursó la instrucción Primaria, en un concurso intramuros de homenaje al Benemérito de las Américas, donde no consiguió retener los primeros dos cuartetos del poema alusivo.

Para su fortuna, ésta vez todos los personajes ejecutarían sólo movimientos, excepto Hidalgo, que daría un pequeño discurso y arengaría a levantarse en armas; el trabajo complicado y meritorio sería el del narrador, y lo hizo con eficiencia.

Aldama (caracterizado por el compañero Alfredo Reyna), hizo bien el papel de militar, Abasolo (Gerardo Martínez.), ceremonioso pareció ser fiel testigo del momento; Allende se concretó a cumplir la tarea de ir tomando nota del evento en la mesa de honor, aparentando ser Secretario, pero fue la forma en que pudo “dominar” el pánico escénico, porque su cara levantada con garbo al frente, mantuvo sus ojos abajo, sobre el papel, simulando escribir. Pese a ello, las miradas del público eran fulminantes, incómodas, punzantes y productoras de un sudor copioso que bajó por la frente y espalda.

Una pregunta dio vueltas por su cabeza, incluso en los ensayos ¿A todas las personas les daba pavor estar en un escenario?

Una de las misiones inherentes de la educación formal es contribuir en la socialización del individuo, por ello la relevancia de organización de actividades como la descrita anteriormente.




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