¡Comunidad!

Un pequeño recordatorio de no olvidar que somos comunidad.

Últimamente, ha venido mucho a mi cabeza el término “Comunidad”, palabra a la cual, la afamada RAE, define como: El conjunto de las personas de un pueblo, región o nación; o también como: cualidad en común que se extiende a algunos o varios. Cualquiera que usemos de aquellas dos palabras, resuenan en mí como la necesidad de una pertenencia a un lugar, creencia o filosofía.

En mis últimos años, he buscado ser más sensible ante mi entorno y he entendido que solo, no puedo. Pero esto no se trata solamente de mí, sino que debemos de reconocer que a lo largo de nuestra vida, nos encontraremos de manera consciente o inconsciente en algunas comunidades y que nuestra participación, es importante para el desarrollo de las mismas.

Si bien, la utopía sería que todos nos identificáramos como parte del lugar donde nos desarrollamos, y participáramos de manera activa en el mismo para su mejora constante. Sin embargo, entiendo que las preocupaciones o padecimientos propios, muchas veces, nublan nuestra visión al respecto y nos dejan solos y sin pensar en eso. Ante mí, surge algo un poco mundano, como que el día de lunes, me sustrajeron el medidor de servicio de agua potable de mi domicilio; pero reflexionando, pienso: ¿Qué motivó a quién lo hizo a hacerlo? ¿La necesidad por la falta de oportunidades? ¿El sentimiento de realizar algo negativo? ¿Algún vicio que solventar? ¿Dicha persona, pensó en cuáles consecuencias tendría esa acción? Pues, como haya sido, esto desencadena una serie de acciones no previstas que afectan a mi persona: 1. La necesidad de correr a las 9 de la noche a comprar material para evitar una fuga. 2 reparar el daño en lo que la instancia competente lo resuelve. 3. Pagar por el servicio de reparación. 4. pagar por la reposición del aparato medidor. 5. la incomodidad de no recibir el servicio.

Si balanceamos bien, definitivamente el costo beneficio, no es para nada rentable (a menos que yo tenga otros datos). Pero me refiero a que dicho sentido de falta de identidad, pertenencia o comunidad, permite que sea quien sea, afecte de manera directa o indirecta a alguien. Quizá esté pecando de ingenuidad o de ambicioso al creer que nuestra comunidad está para arroparnos y protegernos. Definitivamente, todo parece indicar que falta un largo proceso de evolución para llegar a ello, y que el piso sea más parejo.

Quizá hoy estoy saliendo un poco de la zona delimitada en el arte, al cual me he apegado de manera rigurosa durante este año. Pero considero importante el fortalecer los valores, esto nos traerá una mejor sociedad. Pero como dijo John Lennon en Imagine “You may say, I´m a dreamer, but I´m  not the only one”, y no soy el único que puede soñar en eso. Sé que muchas personas, desde su trabajo, sus trincheras, sus contribuciones entre otras cosas, y a ellos, agradezco todo lo bueno.

Hoy me despido de esta reflexión con una recomendación, y es que hace un tiempo, noté algunas habilidades nulas en el tiempo que dedico a la lectura, por ocupaciones, estudio o trabajo; entonces, aunado al escuchar música, dedico algunos trayectos, debido a mi “buena oreja” a escuchar algunos podcast, según sienta el mood de la temporada, para ello me gustaría recomendar Caso 63, mismo que pude escuchar hace un rato y que es de tinte futurista. La verdad es que me tenía un tanto “pegado”. Me recordó mucho a las radionovelas que se escuchaban en antaño algunos de nuestros abuelos. Lo invito a conocer la maravilla que ha traído a nuestro panorama el mundo de los audiolibros o podcast, esto al alcance de un clic en su computadora o teléfono móvil. Si quiere recomendar alguno, escríbame, estaré deseoso de escucharlo.

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