Carlos Villegas Márquez, presidente del Tribunal Superior

El artículo 115 de la Constitución de la República establece que los nombramientos de los magistrados del Tribunal Superior se harán preferentemente entre las personas que hayan prestado sus servicios con eficiencia y probidad en la administración de justicia o que lo merezcan por su honorabilidad y competencia en otras ramas de la profesión jurídica.

La profesión jurídica se ejerce no sólo en la judicatura, sino también en las otras tantas ramas de la misma, espacios donde hay profesionistas de gran calidad.

El nuevo presidente del tribunal Superior, el maestro Carlos Villegas Márquez, pertenece al primer estamento, es decir, ha sido juzgador por un buen rato, con una carrera judicial que va desde los puestos más modestos hasta el más alto en la judicatura zacatecana.

Lo recuerdo veinteañero, jovencito pues, siempre presto y voluntarioso, pero sobre todo ávido de aprender, con ansias de novillero para entrarle a los asuntos judiciales en una sala civil.

Cuando fue nombrado juez, lo vimos emocionado y a la par hecho un puño de nervios, lo que no era para menos:  un jovencito y ya iba con la vara de la justicia en mano a administrarla a sus paisanos.

De juzgados de materia mixta y especializados fue titular y allá en el 2009 transitó al nuevo sistema de justicia penal acusatorio y oral, convirtiéndose de algún modo en la cara de los nuevos jueces.

Su desempeño en ese nuevo sistema le abrió senderos para acumular una mayor experiencia en cargos en la capital de la república, además de ejercer la docencia y ampliar su preparación con estudios en el extranjero.

Un anhelo de todo juez se le cumplió a don Carlos Villegas al ser nombrado magistrado del Tribunal Superior en el sexenio pasado.

Un juez de carrera y un académico es el de Villanueva que desde el uno de febrero fue electo por sus pares presidente del Tribunal Superior.

No será un día de campo para el nuevo presidente; tiene una tarea importante, muy ardua y difícil, pero que llevada con entrega y pasión será una gran satisfacción de servicio a la gente.

El hecho de que su origen esté en la judicatura le obliga a defender a los jueces, pero más que eso a dar todo para que los zacatecanos tengan una justicia de calidad.

Mantener la autonomía del poder judicial es esencial, pero no menos lo es construir con los otros poderes del estado una relación institucional de respeto, colaboración y cooperación.

El estado requiere jueces con vocación de servicio, entregados a esa delicada labor, que entiendan el fenómeno político, pero sin distraerse en la política partidista ni en la grillería de los comederos citadinos.

Finalmente el hombre es el estilo y el presidente Villegas Márquez sabrá imprimirle el suyo y demostrar que tiene los atributos para ejercer con carácter, independencia y dignidad ese elevado cargo.

Enhorabuena, señor presidente. Que todo sea para bien de los zacatecanos.

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