Como si fuera posible

Antonio Sánchez González.
Antonio Sánchez González.

Hasta ahora, la prioridad tiene que ser luchar contra el Covid-19 como si eso fuera posible; pero también tenemos que prepararnos para la recesión que se avecina y el impacto que tendrá en la salud del mundo y de los individuos, los empleos y el nivel de vida de las familias trabajadoras. Una cosa está … Leer más

Hasta ahora, la prioridad tiene que ser luchar contra el Covid-19 como si eso fuera posible; pero también tenemos que prepararnos para la recesión que se avecina y el impacto que tendrá en la salud del mundo y de los individuos, los empleos y el nivel de vida de las familias trabajadoras.

Una cosa está absolutamente clara: incluso una vez que atravesemos esta crisis, no podremos volver a los negocios como siempre.

El individualismo, el nacionalismo, el populismo y la economía de libre mercado no podrían superar esta crisis. En cambio, en una emergencia real como esta en la que no es posible ganar, el colectivismo y la asociación social fue lo que se intensificó.

Hemos visto lo que los ciudadanos podemos lograr trabajando juntos y pensando de manera diferente. Personas que se quedan en casa para proteger el alcance del sistema de salud; empresas y sindicatos que trabajan juntos para mantener a las personas en sus puestos de trabajo; los fabricantes que cambian la producción de sus empresas para armar los ventiladores que sirven de último asidero a la vida; los vecinos de todos los países que hacen la compra a todas las personas mayores que tienen cerca.

Se nos ha recordado lo mucho que todos dependemos de la labor de los trabajadores comunes y corrientes para mantener nuestros hogares funcionando y a nuestros países unidos. No está bien que muchos de los trabajadores que más hemos necesitado –cuidadores, trabajadores de tiendas, limpiadores, personal de almacén, conductores de entrega– todavía reciban el menor aprecio.

Durante esta crisis, los gobiernos de casi todo el mundo, con excepción de algunos como el nuestro, han considerado igualmente necesario conversar con los sindicatos y la sociedad civil, tanto como con los hombres de negocios. Las soluciones que han encontrado juntos no son perfectas, pero muestran el potencial de un tipo diferente de liderazgo.

Después de que se haya terminado esta crisis, que no sabemos cuándo, tenemos que recordar lo que funcionó en una emergencia y usarlo para traer una nueva era de poder compartido, responsabilidad y riqueza. Después de todo, después de la pandemia, todavía tendremos que abordar los desafíos de la desigualdad, la corrupción, la injusticia, las nuevas tecnologías y la crisis climática que ya estaban aquí.

Eso significa encontrar un nuevo papel para la negociación colectiva, para proteger los medios de vida. Significa comprender y asegurarse de que las empresas no son solo máquinas lucrativas, sino que tienen un propósito social.

Cuando el mundo salga de esto, más y más personas se convertirán en la nueva economía, en la que todo se puede comprar en línea y en la que no necesitaremos la calle.

El coronavirus nos está cambiando como sociedad, pero también está revelando quiénes podemos ser realmente. Estamos viendo los roles y trabajos de las personas nuevamente. Las personas que ayer eran “no calificadas” son ahora trabajadores esenciales, y con razón. Espero que esto conduzca a una reevaluación de los puestos de trabajo y los respectivos roles, de modo que en el futuro nadie que trabaje en un papel esencial esté infravalorado o que quede en la pobreza. Creo que la gente está apreciando lo frágil que es nuestra estructura social y lo dependiente que es de los ejércitos invisibles de personas mal valoradas.

Mientras que en este momento muchos de nosotros simplemente queremos que las cosas vuelvan a la normalidad, la realidad es que algunas cosas han cambiado para siempre. Sabemos que los años venideros no serán fáciles, pero juntos podemos construir una nueva normalidad, donde todos obtengamos nuestra parte justa y podamos proporcionar una vida decente para nosotros y nuestras familias. El colectivismo es para toda la vida, no solo en una crisis.

*Médico




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