Agarró vuelo el cambio

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

La idea de que el colapso electoral en 2021 espera a López Obrador es la que se colapsa, las mediciones convencionales siendo nada confiables no dejan de decepcionar a los que se frotan las manos con esa posibilidad ¿Cuáles son las claves de lo que ocurre? Nada nuevo, así es la lógica de la historia, … Leer más

La idea de que el colapso electoral en 2021 espera a López Obrador es la que se colapsa, las mediciones convencionales siendo nada confiables no dejan de decepcionar a los que se frotan las manos con esa posibilidad ¿Cuáles son las claves de lo que ocurre? Nada nuevo, así es la lógica de la historia, y en el caso de la de nuestra patria tiene algunas claves que en mi opinión son determinantes y en seguida expongo.

El Movimiento de López Obrador es el resultado de tres grandes cambios fallidos: el cambio de modelo económico, el cambio de modelo político y el cambio generacional, procesos todos que tienen fecha de arranque en 1988 envueltos en crímenes y corrupción.

En 1989 se derrumba el paradigma internacionalmente orientador de los afanes de cambio progresista conocido como “socialismo real”, induciendo a las fuerzas progresistas a revalorar la historia nacional como revitalizada fuente de utopías, circunstancia que facilitó a López Obrador la construcción de una base social pluri- clasista que ofrece el tránsito del capitalismo salvaje al capitalismo sustentado en estado de derecho, lo que en nuestro país constituye toda una revolución.

El diagnóstico sobre una mafia en el poder sangrienta ha sido confirmado ante el mundo y que los Tigres del Norte nos lo dijeron mejor que nadie con el famoso corrido “La Sombra la dan Los Pinos”. Ahora nadie duda que los más de 20 delitos considerados del crimen organizado han formado parte de la economía y política informales que sumó a su operación en algunos a políticos encumbrados, iniciativa privada de diverso tamaño, alto clero, personal multidisciplinario altamente calificado y un sector de medios de comunicación.

Si desde 1988 hasta el Pacto “Por México” los partidos ahora perdedores demostraron que “el poder los hizo iguales” ahora se empeñan en demostrar que “el no poder” los hace más iguales todavía, se concentran en defender lo que ya es imposible y renunciar a identidad propia, elaboración de alternativa y congruencia con principios proclamados.

La mafia que se apoderó del país mediante el fraude de 1988 creó su rostro refinado con la parte de la intelectual cooptada mediante acceso privilegiadamente remunerado a los medios de comunicación, asesorías, cargos en burocracia dorada, contratos editoriales y demás formas de soborno con fondos públicos ahora al desnudo y por lo tanto sin credibilidad como “abajo firmante” ni opinante cotidiano.

¿Dónde está la resistencia real?

Ciertamente no en los partidos opositores, tampoco en la intelectualidad vocera del pasado, ni en las embestidas de medios de comunicación (La gente se ubica en el contexto de lo que le comunican como hecho, aunque los medios lo omitan o tergiversen).

El elefante reumático que es la burocracia federal constituye una primera línea de oposición al cambio, espontánea, inercial pero con suficiente capacidad saboteadora, en dónde los tumores de la corrupción permanecen ocultos pero reales y operando.

A todos los Presidentes les toca dar directrices a un ejército de empleados heredados en un altísimo porcentaje, pasa en cualquier parte del mundo, en México de Salinas a Peña no hubo problema porque la totalidad de los Presidentes compartían rumbo en lo esencial, pero cuando un nuevo gobierno reorienta el funcionamiento del aparato institucional bajo principios como el de la austeridad y el combate a la corrupción se combina el desconcierto natural con la defensa de lo indefendible.

Otro poderoso foco de resistencia es conformado con la legión de poderosos consorcios detentadores de contratos inmorales en gravísimo perjuicio de los intereses nacionales, su poder de presión pública se conoce por la defensa de oficio a cargo de “analistas” que copan los medios pero lo más significativo no ocurre a la luz y eso incluye desde presiones de embajadas y organismos internacionales hasta la contracción deliberada de las inversiones, en ese sentido, la denuncia de Emilio Lozoya ayuda a que la gente sepa el tamaño del atraco y le quita toda legitimidad a esa resistencia, pero nunca deberá subestimarse.

El frente interno de resistencia ya se dibuja pero su verdadera dimensión no emergerá antes del proceso electoral del 2021, hay actores políticos dentro de la #Cuarte Transformación que buscan colocarse en el arrancadero del 2024 al vulgar modo del viejo régimen, traficando influencias, haciendo pactos privados de lo público y traicionando encomiendas institucionales, son como la cizaña acompañando el trigo, pero nunca como ahora los actores se potencian con el desempeño, por eso nadie que no sea Claudia Shainbaum o Marcelo Ebrard están en posibilidades reales.

Apoyo al cambio

Lo que se vislumbra es que para el 2021 el apoyo de los mexicanos es para que los cambios sigan y no se detengan
Aún los inconformes repudian retornar al lodo.

Nos encontramos el lunes en Recreo.




Más noticias


Contenido Patrocinado