¡Qué semana!

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

Escribo esto poco después de las 5:00 de la tarde del martes 12. Recién terminé mi programa en Grupo Fórmula que inicié diciendo “¡Qué semana!” para luego explicar que desde el domingo pasado han ocurrido tantas cosas que es virtualmente imposible mantenerse al tanto de ellas. Apenas lo dije, mis compañeros me recordaron que era … Leer más

Escribo esto poco después de las 5:00 de la tarde del martes 12. Recién terminé mi programa en Grupo Fórmula que inicié diciendo “¡Qué semana!” para luego explicar que desde el domingo pasado han ocurrido tantas cosas que es virtualmente imposible mantenerse al tanto de ellas. Apenas lo dije, mis compañeros me recordaron que era martes, que la semana apenas empezaba. Y tenían razón, todavía faltan por transcurrir cuatro días para que concluya la semana 45 de este año 2019.

La semana inició con la noticia de la renuncia del presidente boliviano, Evo Morales, después de que el jefe del Ejército de su país le “sugiriera”, eso sí, con mucho respeto, que renunciara “a su mandato presidencial, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de [su] Bolivia”. Y Evo renunció antes de que lo removieran y encarcelaran. Luego viajó el lunes a nuestro país en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) que el presidente Andrés Manuel López Obrador envió a Bolivia apenas supo que su excolega aceptaba su oferta de concederle asilo político.

Durante los próximos días seguirá siendo noticia el caso de quien podría haber pasado a la historia como “San Evo” y que ahora será recordado como el gobernante soberbio e intransigente que mediante diversas trapacerías intentó mantenerse en el poder, incluido el comprobado fraude electoral que avaló el 20 de octubre pasado.

Como la historia lo demuestra, Evo será pronto olvidado por la mayoría de los mexicanos, si bien no por los bolivianos; por lo menos hasta que dé motivo para nuevamente ser tema de conversación.

La semana también inició con las protestas de los senadores del PAN contra la designación, aparentemente tramposa, de Rosario Piedra Ibarra como la nueva presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). La presión panista encabezada por la panista Kenia López Rabadán, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, resultó ser eficaz y ayer mismo la mayoría morenista aceptó realizar una nueva votación que, como era de esperarse, favoreció a Rosario Piedra.

Y mientras Evo se escapaba del país que gobernó durante 14 años y Rosario era electa nuevamente, los opinadores, analistas y demás líderes de opinión demostraron estar tan divididos, confrontados y polarizados, como muchos de los que los leen, ven y escuchan: que si AMLO y Marcelo Ebrard exageraron al asegurar que Morales cayó debido a un golpe de Estado; que si se justificaba ofrecerle asilo al boliviano; que si fue correcto haberle enviado el avión de la FAM; que si al apoyar al expresidente como lo hicieron le estaban mandando un mensaje a los militares mexicanos que no comparten los objetivos de la 4T; que si esto, que si aquello…

Bolivia y la CNDH distrajeron la atención de muchas otras cosas que ocurrieron en México y el mundo: las elecciones españolas, las nuevas revelaciones de la injerencia de Trump en Ucrania, el continuo deterioro del proceso del Brexit

Y además de los sucesos, la confusión que generan tantas opiniones, substanciadas o no, que circulan a la velocidad de la luz en las redes sociales…

Todos esto y más sucedió desde el domingo hasta ayer. ¡Y todavía faltan cuatro días para que se acabe la semana!




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