Inician el año con una sonrisa gracias a los Reyes Magos

OJOCALIENTE.- Una ancianita invadida de alegría y gratitud da un beso y un abrazo a los Reyes Magos por la despensa que le entregaron para que no tenga que pasar hambre.

Junto a ella, en los rostros de decenas de niños se dibuja una enorme sonrisa por el juguete que acaban de recibir, para muchos, el único en toda su vida.

En tanto que los padres de familia disfrutan de una rosca, así como chocolate en un ameno convivio, que por un momento, les hace olvidar la precariedad y pobreza en la que viven.

Una mujer adulta en silla de ruedas, a quien además le falta un pie agradece a quien sin conocerla a ella y a sus vecinos, envía apoyo para mejorar su vida.

Por tercer año consecutivo, un pequeño grupo de migrantes radicados en California, Estados Unidos, se unieron para dar un momento de alegría a sus paisanos ojocalentenses.

Los paisanos aportaron los dólares que pudieron para poder ayudar a los vecinos de su terruño, Claritza Herrera luego se encargó de hacer rifas para enviar mayores recursos, por lo que fue la encargada de recaudar y enviar los recursos a México.

En Ojocaliente, Rafael Gallegos, apoyado de Refugio Jiménez y otras personas de buen corazón, se encargó de adquirir los artículos para la despensa, así como de la compra de los juguetes.

Además, se dirigió con el encargado de Vida Cristiana Mayor de la colonia Pámanes, una de las más marginadas del municipio, para ubicar a personas en condición de marginación y vulnerabilidad para distribuir los recursos entre ellos.

En la víspera del Día de Reyes, el encargado de Vida Cristiana citó en el templo de Nuestra Señora del Carmen a los beneficiarios, de donde se desplazaron a una linda casita donde les ofrecieron un convivio, previo a la entrega de la despensa y los juguetes.

 

En la casita los recibieron Melchor, Gaspar y Baltazar, quienes habían puesto en una hermosa mesa roscas de reyes y chocolate para atajar el frío.

En tanto que los niños podían disfrutar de los juegos que había y otros participaban en las dinámicas para obtener premios adicionales.

Después la hora del reparto de juguetes llegó y “ver la sonrisa en la cara de los niños no tenía precio”, dijo Virginia Hernández Rangel muy emocionada.

En tanto que Gallegos manifestó que las muestras de aprecio por las personas adulto no tenían comparación, pues una abuelita emocionada llegó y dio un beso en la frente a cada uno de los reyes.

Luego se dirigieron  a la colonia Lázaro Cárdenas, donde entregaron pelotas y finalizaron en el jardín principal donde terminaron de regalar el chocolate y las roscas.