El templo de la Exhacienda de Ciénega cumple 200 años

La Exhacienda Ciénega de los dolores aún conserva sus fincas originales. | Foto: Silvia Vanegas.
La Exhacienda Ciénega de los dolores aún conserva sus fincas originales. | Foto: Silvia Vanegas.

Todo el complejo es una joya histórica y cultural del municipio.

JEREZ.- El templo de la exhacienda de Ciénega de Los Dolores conmemoró este mes 200 años de su construcción con una breve celebración debido a la pandemia por Covid-19.

Pese a que no existe una fecha precisa de la fundación de la hacienda, según la investigación del historiador y actual cronista Luis Miguel Berúmen Félix, en su libro “Conozco Jerez”, indica que su poblamiento fue, posiblemente, antes de que naciera la villa de Jerez.

Inicio de la edificación

Según datos plasmados en el templo, el permiso para construirlo se envió el 16 de julio de 1816, pero transcurrieron cuatro años para reunir el material y los recursos, así como los objetos religiosos que lo adornarían.

Fue hasta el 22 de marzo de 1820 cuando inició la edificación del templo de Nuestra Señora de los Dolores, por la fe del licenciado Antonio María de Gordoa Loaisa.

La construcción finalizó el 14 de agosto de 1821, fecha en la que también recibió la bendición por orden del obispo de Guadalajara, Juan Cruz Ruiz de Cabañas y por el cura de Jerez, don José Antonio de Mena y Joya.

El templo es un testimonio fiel de la fe de la familia Gordoa, cuyos dominios se extendían hasta la hacienda de Malpaso o Santa Rosa de Lima, pues cada uno de los vástagos de Antonio María de Gordoa contaba con un santo patrón.

Se conserva tienda de raya

En el templo fueron sepultados 15 integrantes de esta familia que fueron protagonistas de la bonanza de esta hacienda y que a la fecha conserva el espacio donde se pagaba a los peones la raya.

La tienda de raya ahora es una tienda de abarrotes, la cual es atendida por los descendientes de quien fuera el pagador, Juan Pablo Hernández Casas.

Un lugar de leyendas

Esta exhacienda está llena de historia y belleza, es una de las pocas que aún conservan fincas originales como es la Casa Grande, en la que se ingresa al pasado y se respira un aire de misterio, ya que, según la información de Berúmen Félix, en 1700 se le conoció como Ciénega de San José y era una conjunto de casas informales.

En esta hacienda se cuentan cientos de leyendas, ya que en el trascurso de los siglos tuvo muchos propietarios y entre sus muros se guardaron múltiples historias.