Bicentenario luctuoso del doctor José María Cos

Memoria Viva por el cronista de Zacatecas.
Memoria Viva por el cronista de Zacatecas.

El doctor Cos escribió textos relevantes para la historia del país.

El próximo 17 de noviembre de 2019 se cumplen doscientos años del fallecimiento de uno de los más notables personajes zacatecanos: el doctor José María Cos y Pérez, considerado ideólogo del movimiento de independencia de México. Con este motivo y con la intención de que esta fecha no pase desapercibida, lo quiero traer a la memoria en esta fecha tan significativa.

Su último homenaje tuvo lugar el jueves 19 de noviembre de 2009, a las 11:00 horas. En sesión solemne de la LIX Legislatura del Estado se develó en la sala de plenos el nombre del doctor José María Cos y Pérez.

Pero ¿cuáles son los méritos de este personaje para recibir tal honor? Antes que todo debo apuntar que nació en Zacatecas hacia el año 1770. Hijo legítimo de don Isidoro Cos y de doña Matiana Pérez. Estudió Gramática y Retórica en el Real Colegio de San Luis Gonzaga de su ciudad natal, entre 1786 y 1787. Debido a su desempeño como estudiante obtuvo una beca para estudiar en el Seminario Tridentino de Guadalajara, donde logró el título de bachiller en Filosofía (1793). No interrumpió sus estudios hasta alcanzar los títulos de licenciado y doctor en Teología por la Universidad de Guadalajara (1798), donde ejerció la docencia.

Acababa de conseguir su título de bachiller cuando ocurrió una interesante casualidad: en Valladolid (hoy Morelia), el 19 de diciembre de 1795, el obispo de Michoacán, fray Antonio de San Miguel, le confirió las órdenes mayores del sub-diaconado, junto a otros candidatos, entre ellos, al entonces bachiller José María Morelos. ¡Quién iba a decir que el destino estaba uniendo desde ese momento a Cos y a Morelos!, unos años más tarde los uniría en la lucha libertaria en estas mismas tierras… y juntos tejerían páginas notables de la historia de México.

El doctor Cos se ordenó como sacerdote en 1800 y al poco tiempo se trasladó al Burgo de San Cosme (actual Villa de Cos, Zacatecas) para ejercer su ministerio. No dejó de buscar mejores oportunidades acordes a sus grados académicos. Sin embargo, el destino quiso que estuviera aquí cuando comenzó el movimiento de independencia. A finales de 1810, las autoridades de Zacatecas lo comisionaron para que fuera a Aguascalientes a pactar con Rafael Iriarte, la toma pacífica de la Ciudad de Zacatecas. Y así ocurrió; el 2 de noviembre de 1810, la ciudad fue tomada por primera vez en la historia… en este caso, por las tropas de Iriarte. El doctor Cos fue una especie de “embajador” ante los insurgentes, peo luego las circunstancias lo fueron atrayendo cada vez más al centro de la sublevación popular.

El doctor Cos se unió a las fuerzas de Ignacio López Rayón, creador de la Junta de Zitácuaro, la primera institución formada por el ejército insurgente, de la que formó parte nuestro coterráneo. En 1813, Morelos lo invitó a integrar el Congreso de Anáhuac o de Chilpancingo, donde representantes de las provincias, en calidad de diputados, externarían

sus deseos e intereses por la causa y con ello evitar la desorganización y aislamiento de los grupos insurgentes. Por razones obvias tuvo un carácter itinerante por los actuales estados de México, Puebla y Michoacán.  En 1814 promulgaron el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana (que también se le conoce como la Constitución de Apatzingán, la primera Constitución escrita en territorio mexicano), de la que el doctor Cos fue redactor y signatario. En este documento se hablaba de la división de poderes, a lo que se le dio cumplimiento. Se creó el Poder Ejecutivo conformado por un triunvirato: Liceaga, Morelos y Cos, quienes en 1815 instalaron el primer Tribunal de Justicia de la Nación (en Ario de Rosales, Michoacán). La firma de estos tres personajes aparecen en el decreto que tuve a la vista en mi reciente visita a esa ciudad michoacana, llamada Ario de Rosales en honor del zacatecano Víctor Rosales.

El doctor Cos escribió textos relevantes para la historia del país. También ejerció la profesión de periodista al fundar y dirigir El Ilustrador Nacional y El Ilustrador Americano, dos periódicos insurgentes que contribuyeron a informar de los sucesos y a mantener viva la antorcha libertaria. Al final, se retiró y pasó sus últimos días (bajo severa vigilancia del gobierno realista) en Pátzcuaro, Michoacán. Vivió y murió en la antigua calle de San Miguel (hoy Calle Doctor Cos). Falleció el 17 de noviembre de 1819 y fue sepultado al día siguiente en el presbiterio de la parroquia de Nuestra Señora de la Salud, actual templo del Sagrario.

*Cronista de Zacatecas.

 




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