Alex y Ma. Luisa unidos por el amor y la comida

ZACATECAS.- Don Alex y doña Ma. Luisa se convirtió en una pareja que se complementa en todo, en el amor, en la familia y en el trabajo; un ejemplo a seguir.

Alejandro Arrieta Pérez, originario de la Ciudad de México, tiene 45 años y llegó a Zacatecas para quedarse desde hace 10 años, pues aquí conoció a Ma. Luisa Hernández, quien es el amor de su vida, su esposa, amiga y compañera de trabajo.

Don Alex nunca pensó que su destino cambiaría, ya que por cuestiones de trabajo llegó al estado en donde la alegría de conocer a Luisa se combinó con la calidez de los zacatecanos que lo recibieron con los brazos abiertos, lo que logró que, sin pensarlo dos veces, renunciara a su trabajo en la capital del país para comenzar una nueva vida en Zacatecas.

Una aventura para dos

Con su esposa, formó un equipo de trabajo orientado a la comida y juntos comenzaron una aventura laboral que los llevó a prestar servicio en las cooperativas escolares donde a los estudiantes les vendían tortas, burritos, gorditas, entre otros productos.

“Fueron años de mucho trabajo en las cooperativas, pero un día nos dimos cuenta que ahí no había negocio, y fue en ese momento que a mi esposa se le ocurrió vender comida por nuestra parte”, comentó Alejandro.

“Yo trabajaba en una tienda de autoservicio, mis compañeras sabían que yo había trabajo en las cooperativas y ellas mismas me empezaron a decir que les llevara comida para vender; ahí fue el inició de lo que ahora nos dedicamos”, platicó Ma. Luisa.

San Rafael, excelentes tacos envenenados

Fue así como hace 6 años decidieron invertir sus ahorros para poner su propio negocio de comida y qué mejor que unos tacos envenenados, que es parte de la tradición culinaria de Zacatecas por excelencia.

Optaron por incursionar en este ramo bien conocido por Ma. Luisa por dos razones: una porque es un ámbito que domina ella a la perfección, quien es originaria de Aguascalientes pero en Zacatecas tiene radicando 40 años.

Y la segunda, porque cuando se encargaban de una cooperativa en una primaria de la colonia Lázaro Cárdenas, los mismos niños les pedían los tacos.

Fue así que se instalaron en un local en la carretera a Sauceda donde iniciaron con este negocio que les ha dado grandes satisfacciones y que los ha acercado a muchas personas que se han convertido en sus amigos, luego de haber sido sus clientes.

“Lo que más nos gusta de lo que hacemos es que somos auto generadores de nuestro propio trabajo, el trato con la gente, pues de nuestros clientes hemos aprendido mucho y a ellos nos debemos”, dijo la feliz pareja.

“Estamos muy agradecidos con la ciudadanía de Guadalupe, porque nos ha recibido con mucho cariño y mucha paciencia. Sobre todo nos ha tenido la suficiente confianza para hacer crecer nuestro negocio.” explicaron don Alex y Ma. Luisa.

Es así como ellos se ganan la vida en su negocio de tacos envenenados de nombre San Rafael, que abren los siete días de la semana de 10:00 de la mañana a 9:00 de la noche, donde el buen trato está garantizado.