Eduardo, un chilango que construye sueños a la zacatecana

Su espectáculo lo ofrece por el puente de la Nissan, en Guadalupe.
Su espectáculo lo ofrece por el puente de la Nissan, en Guadalupe.

Su espectáculo ha llegado a lugares como Mazatlán, Riviera Nayarit, Manzanillo y San Luis Potosí.

GUADALUPE.- Los semáforos son para Erick Eduardo González Ortiz, de 20 años, el mejor escenario para mostrar su talento en las artes circenses.

A esta actividad se dedica en sus tiempos libres desde hace más de 3 años y representan el sustento de su familia.

Fue su hermano, Jonathan Vizcarra de 29 años, quien le enseñó las técnicas para dominar las suertes que ejecuta arriba de varios objetos, los que él mismo ha mandado a fabricar para ganarse la vida en las calles.

Una vez arriba, Erick y su monociclo se hacen uno cuando comienza a brindar el espectáculo circense a los automovilistas que esperan la luz verde; en ese momento la concentración está al máximo.

Sus manos, brazos, pies y su mente están sincronizados en cada fino movimiento que realiza a la hora de ejecutar las suertes con instrumentos que llevan peligro de por medio, como son los machetes con lo que hace malabares mientras mantiene el equilibrio.

Y no solo eso, pues al mismo tiempo sostiene una sombrilla mientras un balón gira en la punta balanceándose de un lado a otro sin caer.

Por ello, más de un conductor se queda admirado de su número y lo recompensa con unas monedas.

Un viaje que cambia vidas

Erick Eduardo comentó que parecía que el arte del circo estaba destinado para él, pues no le fue difícil acostumbrarse a hacer las suertes, pues en el caso del monociclo se tardó un mes en aprender a equilibrarse.

Además, los malabares le llevaron un día para dominarlos, lo comentó con mucho orgullo el originario de la Ciudad de México, de donde se fue hace 7 años tras la decisión de su madre de mudarse a esta tierra de cantera rosa con corazón de plata.

Como todo trabajo que implica sacrificios el de Lalo no es la excepción y para muestra son sus manos que tienen cicatrices producto de algunas cortadas que se ha hecho mientras domina el malabar con los machetes, sin embargo, es una actividad que le gusta y disfruta.

En tierras zacatecanas terminó la secundaria, la preparatoria y actualmente estudia la Licenciatura en Criminología y Criminalística, la cual paga con lo que saca realizando sus espectáculos callejeros en los diferentes cruces de semáforos de la zona metropolitana.

Entre sus sueños está su familia

Asimismo, esta actividad le da para mantener a su hija que acaba de nacer y junto con su pareja ponen todo de su parte para que en casa nada falte.

Mientras termina sus estudios profesionales, Erick Eduardo no quita el dedo del renglón y seguro está de seguirse dedicando a lo que más le apasiona, que son las artes circenses.

Lo anterior porque esta actividad le ha permitido llevar su espectáculo a lugares como Mazatlán, Riviera Nayarit, Manzanillo, San Luis Potosí, por mencionar algunos.




Más noticias


Contenido Patrocinado