Si te hacen pasar un mal rato, come un dulce de Edmundo y ya

Foto: Carlos Montoya.
Foto: Carlos Montoya.

Si de endulzar y complacer paladares se trata, Edmundo Neri Mendoza se pinta solo, pues proviene de una familia que han hecho de los dulces típicos zacatecanos todo una tradición.

GUADALUPE.- Si de endulzar y complacer paladares se trata, Edmundo Neri Mendoza se pinta solo, pues proviene de una familia que han hecho de los dulces típicos zacatecanos todo una tradición.

Desde niño se ha dedicado a la elaboración y venta de dulces cristalizados, como el camote, el chilacayote y la calabaza; pero, para quienes gustan de los sabores agridulces tiene exquisitos tamarindos.

La mercancía es hecha en Zacatecas.

Una de los favoritas son las greñudas, esos dulces de coco con leche, siendo sus principales clientes las “personas mayores que conocen la tradición y que con el paso de los años siguen consumiéndolos.”

Edmundo es la tercera generación de una familia dedicada enteramente a los dulces típicos y en sus manos está que su pequeña hija Kimberly sea la cuarta.

La venta de los dulces representa el sustento de la familia del joven de 27 años y gracias a ello nada les falta.

Mis abuelitos paternos Edmundo y Martina fueron los que empezaron en este negocio, ellos son la primera generación de dulceros, luego fueron mis padres Lucío y Dioselina.

Hasta que nos pasaron el legado a mí y a mis hermanos, Lucio y Mario Alberto,” comentó Edmundo.

Se siente orgulloso de la herencia de sus padres.

Esto es más zacatecano que el nopal

Ya entrando en la plática, el jovenazo comentó que los dulces son hechos de la manera más artesanal en la casa de sus padres en la capital zacatecana.

En el lugar se adoptó un espacio para colocar los cazos y las hornillas necesarios, junto con la otra materia prima, para la preparación de estos manjares.

Trabaja todos los días sin rajar.

Edmundo explicó que el proceso dura entre 8 y 10 horas al día, desde la selección de los camotes y las calabazas.

Hasta que están listos para la venta al público en los diferentes puntos del Centro Histórico de Zacatecas.

El changarro que atiende Edmundo se ubica en la Alameda de Guadalupe, frente a la glorieta, donde tiene ya aproximadamente 11 años trabajando; anteriormente estaba en la calle Aldama en Zacatecas.

Aquí lo importante es jalar parejo

Su horario de trabajo empieza a las 10:30 de la mañana y termina a las 7:00 de la tarde, de lunes a domingo.

Lo anterior porque si algo le inculcaron sus padres es la cultura del trabajo y desde niño sabe que si quería algo tenía que trabajar para conseguirlo.

Se le ve chambeando en la Alameda de Guadalupe.

Lo que yo más disfruto de mi trabajo es conocer persona nuevas cada día, tratar bien a mis clientes y que reconozcan mis dulces como los mejores que han probado, eso es mi principal motivación,” señaló Edmundo.

Dijo que su futuro está en la venta de estas delicias que son parte de lo que nos identifica como zacatecanos.

Asimismo, está comprometido a hacer perdurar esta tradición tal y como lo han hecho sus abuelos, sus padres, sus hermanos, sus tíos y sus primos.




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