Cristóbal sabe de todo; menos rajarse

Foto: Carlos Montoya.
Foto: Carlos Montoya.

De obrero, vendedor de Bon Ice, de nueces, duraznos, membrillos y tejocotes así se ha ganado la vida dignamente don Cristóbal de la Cruz Guzmán, quien ahora halló acomodo en la venta de tacos de canasta.

GUADALUPE.- De obrero, vendedor de Bon Ice, de nueces, duraznos, membrillos y tejocotes así se ha ganado la vida dignamente don Cristóbal de la Cruz Guzmán, quien ahora halló acomodo en la venta de tacos de canasta.

Originario del municipio de Jiménez del Teúl, Zacatecas, don Cris llegó hace año y medio a Guadalupe en busca de mejores oportunidades y desde entonces no ha parado, porque dice que “mientras haya trabajo a todo le hago.”

En su natal Jiménez se dedicaba al comercio, pues vendía los frutos que su huerta le daba.

Todos los días está a las 8 de la mañana en el crucero a Sauceda de la Borda.

Hasta que un día el negocio se terminó y se vio en la necesidad de buscar nuevos horizontes para salir adelante.
Pensando en cómo le iba a hacer para mantenerse, fue que tomó la decisión de salirse de su terruño y emigrar a Guadalupe.

El Pueblo Mágico se puso a buscar trabajo y lo halló; sin embargo, no ganaba mucho y a veces “ni para el camión salía”.

Por un periodo, don Cristóbal trabajó en las calles vendiendo los Bon Ice, luego se fue a la obra, donde permaneció unos meses hasta que finalmente, se dedicó a vender los tacos de canasta.

Yesca, adobo y chicharrón son algunos de sus guisos.

Calle de posibilidades

Los tacos los vende en carretera a Sauceda, en la esquina del estacionamiento de Soriana en el cruce de semáforos.

Don Cristóbal ejerce este oficio con mucho orgullo, pues es una de las maneras más dignas de ofrecerle algo a la tierra que le ha abierto las puertas.

Desde hace una semana oferta sus taquitos; pero en este tiempo se dio cuenta que gana más de lo que ganaba como obrero.

Ha sido albañil y hasta ha vendido Bon Ice.

Para chuparse los dedos

Asimismo, don Cristóbal encontró en esta actividad un empleo al que le agarró el gusto a pesar del poco tiempo que lo lleva haciendo.

Una de las razones es porque le gusta conocer personas nuevas que llegan con él para comprarle tacos.

Por ello, en punto de las 8 de la mañana don Cristóbal ya tiene lista su mesa con la canasta y las guarniciones que ofrece.

Mientras llegan los clientes no pierde el tiempo y se pone a hacer jugos naturales principalmente de naranja para quienes deseen tomar algo saludable.

Su jornada de trabajo termina a las 2 de la tarde o antes en caso de haber terminado con los tacos que ofrece en diferentes guisados, como yesca, requesón, papas con chorizo, frijoles, chicharrón y adobo.

Es así como don Cristóbal se gana la vida, pues siempre ha sido un hombre trabajador que le gusta salir delante de manera digna.

No puede faltar su salsita.



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