Marco Antonio se dedica al arte en piel

GUADALUPE.- Al entrar al  taller de Marco Antonio Solís Márquez, el aroma a cuero rápidamente invade el olfato, y no es necesario fijarse detalladamente en el local, para encontrar verdaderas artesanías hechas a mano, en el que es quizá el oficio mexicano por excelencia. Nos referimos a la talabartería, labor que Marco realiza desde hace … Leer más

GUADALUPE.- Al entrar al  taller de Marco Antonio Solís Márquez, el aroma a cuero rápidamente invade el olfato, y no es necesario fijarse detalladamente en el local, para encontrar verdaderas artesanías hechas a mano, en el que es quizá el oficio mexicano por excelencia.

Nos referimos a la talabartería, labor que Marco realiza desde hace 26 años; su historia como talabartero comenzó en su natal Tabasco, Zacatecas; y fue casi por coincidencia.

Él platicó que, por el simple hecho de ir a visitar a unos amigos que trabajaban en un taller de este giro, adquirió el gusto y el interés de aprenderlo, hasta que fue practicando y un día se quedó a trabajar en este lugar, donde duró dos años.

Sin embargo; ese tan solo era el principio de su historia como talabartero, pues sus ganas por salir adelante como persona y padre de familia, lo llevaron a independizarse y a instalar su propio taller en Jalpa.

En este municipio de la región de los cañones, permaneció 13 años con su talabartería, y fue gracias a la calidad que le ponía a sus trabajos artesanales que fue haciéndose de sus clientes, de quienes se ganó el reconocimiento y admiración.

Su mejor publicidad, hasta la actualidad, han sido las recomendaciones que, de boca en boca pasan las personas que acuden a él para hacer alguna reparación a una prenda o accesorio, o para adquirir uno nuevo.

Tras su éxito en Jalpa, miró hacia Guadalupe, donde actualmente tiene su taller al que bautizó como Creaciones en Cuero y Piel Marco Antonio.

Su negocio está ubicado en el número 29 de la calle del Consuelo, de la colonia Centro; a escasos 50 metros de las gorditas Doña Julia en la calle 5 de Mayo, donde ofrece sus servicios.

“Lo que más me gusta son los bordados para cintos, aunque también diseño monturas y accesorios”, comentó Marco, quien reconoció que es un oficio noble y muy solicitado, sobre todo por las personas allegadas a los caballos y  a la charrería, principalmente.

En Guadalupe está por cumplir 12 años con su taller de talabartería y gracias a ello, es que ha sacado adelante a su familia para que nada les falte.

A sus 46 años, Marco Antonio no deja de aprender cosas nuevas en este oficio, que no solo representa el ingreso de su familia, sino también un estilo de vida y es consciente de que sus manos ayudan a mantener esta tradición mexicana a la que, dijo, se va a dedicar toda su vida.

Imagen Zacatecas – Carlos Montoya