Comenzó el comienzo

El recuento de los hechos en el primer año de Gobierno de López Obrador muestran que efectivamente, “A cada acción corresponde una reacción”, el proyecto reformador que aspira a ser la #Cuarta Transformación y la primera en forma pacífica, ha introducido una lista de cambios orientados en primer término al fin de la impunidad que … Leer más

El recuento de los hechos en el primer año de Gobierno de López Obrador muestran que efectivamente, “A cada acción corresponde una reacción”, el proyecto reformador que aspira a ser la #Cuarta Transformación y la primera en forma pacífica, ha introducido una lista de cambios orientados en primer término al fin de la impunidad que se volvió el estímulo principal de la desbordada corrupción, la recuperación de la dinámica económica basada en el mercado interno mediante la estrategia de ampliar el consumo a los excluidos, la eliminación de blindajes ilegítimos al poder presidencial, la complementación de la democracia representativa con mecanismos de democracia directa como la revocación del mandato y la consulta popular y de manera muy especial, la reducción del costo del aparato público mediante reducción de salarios de la élite burocrática y la cancelación de gastos de operación superfluos.

Estas y otras reformas han sido introducidas venciendo resistencias gracias al respaldo popular conseguido, pero sería equivocado incurrir en triunfalismo anticipado.

La resistencia al cambio es muy débil si la ubicamos en los partidos opositores o en la falta de eco social de la campaña sistemática de los medios de comunicación radicalmente opuestos a la transformación que les canceló el ilegítimos y exagerado financiamiento a cambio de subordinación, además, es notorio que los adeptos que pierde el presidente no los ganan los opositores.

Es en otro lado dónde reside la reacción que busca derrotar el cambio.

 

A toda acción corresponde una reacción

El primer frente de resistencia lo conforman los dueños del dinero acostumbrados a recibir “el oro y el moro” a cambio de “crear empleos”, como si contrataran gente por lo buena onda que son y no porque lo requieren, piden exención de impuestos, terrenos, dotación de servicios sin costo, etcétera. Su arma de presión más potente es la de no invertir por falta de “certidumbre” para presionar al régimen a continuar con el maiceó oligárquico al que se hicieron adictos, por eso la inversión extranjera directa superó el récord ocupando el terreno abandonado por la mezquindad inversora, lo alentador es que un sector poderoso de grandes inversionistas de la talla de Carlos Slim y otros, asumen el compromiso de contribuir a la economía mediante el acuerdo plasmado en el Plan Nacional de Infraestructura.

Otro foco de resistencia se ubica en las estructuras públicas y que van desde la osadía reaccionaria de los militares que se sienten representados por el General retirado Carlos Demetrio Gaytán hasta por la nada digna burocracia dorada aferrada a sus privilegios injustificables, y los gobernantes estatales y municipales que recorrieron la ruta tradicional de ganar elecciones mediante apoyos a cambio de cargos, plazas, contratos, obras, condonaciones, otorgamiento de concesiones y autorizaciones ilegítimas que los hace rehenes de la corrupción y por lo tanto, ven complicada su forma de gobernar cuando llega la lumbre a los aparejos en forma de auditorías con consecuencias.

La lucha emprendida por López Obrador no es del populismo contra neoliberalismo y mucho menos socialismo contra capitalismo, como lo acredita la participación de figuras estelares de la economía nada sospechosas de “populismo” o “socialismo” apoyando al Presidente y que recientemente manifestaron su desdén por el “no crecimiento” o “recesión” para enfatizar el mérito de la “Cuarta Transformación” en la estabilidad y leve revaloración del peso frente al dólar, la exitosa realidad antiinflacionaria, el no endeudamiento, la recuperación del salario real y que saludan las perspectivas de la vigorización del mercado interno, la lucha es la de la honestidad austera contra la corrupción derrochadora, tal es la “Litis pendencia” dirían los abogados.

El crimen organizado también reacciona contra la embestida a la industria de las facturas falsas que operaba con tantas “facilidades” que en un mismo domicilio era posible registrar cientos de empresas fantasmas.

 

Honestidad austera o corrupción dispensiosa

La perspectiva del 2020 mexicano es de intensificación del choque entre la honestidad austera y la corrupción derrochadora, la histórica batalla incluya la totalidad de la vida pública y registra choque de valores, las visiones contrapuestas chocan al interior de los cabildos, de las legislaturas, de las administraciones públicas de los tres órdenes de gobierno.

Los medios de comunicación tradicionales serán foros en pro o en contra de una visión u otra, la actuación pública de cada individuo será evaluada a partir de su identidad o diferencia con las concepciones en pugna que deseamos apasionada sin dejar de ser inteligente y pacífica sin confundirla con pasiva.

La lucha por cambiar cubre todo el territorio nacional, hay estados como Zacatecas dónde la resistencia al cambio es política gobernante y manifiesta hasta entre algunos de los que accedieron a cargos en nombre de ese cambio.




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