Zacatecas con ellas

Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer, fecha que se institucionalizó desde 1975 por la Organización de las Naciones Unidas y que a través de las manifestaciones y lucha de las mujeres, se logró consolidar como una fecha que sirve para propiciar y mantener vigente los debates en la agenda pública sobre la situación de vulnerabilidad y amenaza que viven las mujeres por el solo hecho de serlo. 

La desigualdad, inequidad, injusticia, exclusión y violencia, entre muchos otros problemas, parecen agudizarse cuando se ejerce en contra de las mujeres; durante los últimos 50 años la sociedad ha ido transitando hacia diferentes cambios tecnológicos e ideológicas y aunque se ha avanzado mucho lo cierto es que hoy todavía persiste un contexto desfavorable para ellas, el machismo y las diferentes formas de violencia no se han podido erradicar y muchas veces solo cambian las formas en las que se ejercen.

En buena medida muchos de los cambios que se requieren para transitar a una sociedad desarrollada, dependen en buena parte en desterrar las ideas y actitudes que menosprecian y subestiman el papel de la mujer, aspirar a una sociedad más justa y avanzada para todos requiere necesariamente de reconocer nuestros grandes y graves problemas de desigualdad que existen entre hombres y mujeres. 

Seguir marginando de los mismos tratos, oportunidades y derechos a las mujeres de una sociedad es mantener y reproducir de manera peligrosa una situación que nos perjudica a todos y nos condena a problemáticas cada vez más complejas y difíciles de superar. 

Mientras seamos incapaces de reconocer y respetar la igualdad entre todos, no seremos capaces de tener éxito en otros aspectos que se vuelven fundamentales cuando de desarrollo y progreso se trata. La justica, la paz, la educación y el desarrollo económico, entre muchos otros aspectos que urgen empiecen a desarrollarse en un país como el nuestro, se vuelven más difíciles cuando nos resistimos a trastocar, o peor aun cuando optamos por reproducir ideas retrogradas y peligrosas en el simple trato y generación de condiciones donde todos tengamos las mismas oportunidad y se nos respete por nuestras capacidades y características, sin importar cuáles sean éstas. 

Hasta hoy los esfuerzos que muchas veces se emprenden con la intención de transformar nuestra realidad se han tenido que convertir en luchas donde las manifestaciones feministas son necesarias e indispensables como forma de contrarrestar los excesos y condiciones que motivan la desigualdad y la violencia, pues no son las acciones de la mujer como el integrarse al mercado laboral o prosperar en términos educativos o incluso asumir la jefatura y el sostén económico de la familia lo que nos debiera de preocupar, sino las condiciones de adversidad y que de manera desigual han tenido que afrontar con tal de cambiar los esquemas impuestos. 

Hoy no me queda más que sumarme a la esperanza y exigencia de lograr la igualdad dentro de una sociedad tan desigual, donde empecemos a reconocer que a pesar de los contextos adversos las mujeres han logrado hacer valer sus derechos y han dignificado su labor diaria y convertir su lucha en una lucha de todos.

Imagen Zacatecas – José Luis Guardado Tiscareño