PISA 2018

Víctor Manuel Silva Galaviz.
Víctor Manuel Silva Galaviz.

Recientemente se publicaron los resultados de la prueba PISA para el 2018. Esta prueba, denominada por sus siglas en inglés como Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes de la OCDE, trata de estandarizar y medir qué es lo que saben los estudiantes en comprensión de lectura, matemáticos y ciencia, así como las habilidades … Leer más

Recientemente se publicaron los resultados de la prueba PISA para el 2018. Esta prueba, denominada por sus siglas en inglés como Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes de la OCDE, trata de estandarizar y medir qué es lo que saben los estudiantes en comprensión de lectura, matemáticos y ciencia, así como las habilidades con que cuentan para utilizar dicha información. La prueba se realiza cada 3 años en distintos países del mundo, con jóvenes de 15 años.

Y los resultados en México son: que no hay novedad. Desde el año 2000 que se ha aplicado esta métrica internacional en México la conclusión es que no mejoramos en materia educativa, que estamos con resultados muy bajos en relación al porcentaje del  PIB que se invierte en educación, seguimos con un porcentaje del 35 % de los estudiantes no cumplen con el mínimo de competencias en las tres áreas ya mencionadas y solo el 1% de la población estudiantil califica como sobresaliente. La pobreza, sectores marginados y los varones son factores que dan con más bajas calificaciones.

Y el panorama parece que no va a cambiar; sin embargo, el secretario de Educación ha manifestado su interés en continuar aplicando esta prueba para medir los resultados en los próximos años.

¿Entonces qué hacemos? Quizás la solución está en pensar en forma diferente la educación o más bien la formación de nuestros hijos y alumnos, ya que la formación de una persona no es solo lo que ocurre en ese tiempo y espacio que le llamamos escuela, sino en todo lo que experimenta el alumno en su cotidianidad con su familia, amigos, redes sociales, entre otras.

Es necesario que además de pensar en que mundo le vamos a dejar a nuestros hijos nos tomemos muy en serio “que hijos le vamos a dejar al mundo”, la formación de los menores es responsabilidad directa, moral y legalmente de los padres de familia y como tal no podemos consentir y mucho menos tolerar conductas y actitudes que lo lleven hacia una vida improductiva y ser una persona tóxica cuando sea adulto.

Si queremos mejorar las competencias y las habilidades blandas en los menores es imprescindible mejorar como sociedad. Por que de modelos educativos, reformas y contrarreformas educativas no van a salir los resultados necesarios.




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