TRAICIONANDO EL ORIGEN

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

El ambicioso vulgar no nace, se hace. El político mexicano recibe en el curso de los puestos que va ocupando estímulos que le van amoldando la personalidad para que vea en su quehacer la vía de acceso a restaurantes caros, viajes de placer por el mundo, ropa de marca y vehículos de lujo, el sentido … Leer más

El ambicioso vulgar no nace, se hace. El político mexicano recibe en el curso de los puestos que va ocupando estímulos que le van amoldando la personalidad para que vea en su quehacer la vía de acceso a restaurantes caros, viajes de placer por el mundo, ropa de marca y vehículos de lujo, el sentido social inherente a la política va despareciendo en la medida que se adentra al mundo de los altos sueldos aderezado por oportunidades de ingresos no formales derivados de viáticos con asignación flexible de esquemas al estilo de “servicios legislativos”, modalidad vigente en la actual legislatura zacatecana que remplazó las más fáciles de operar “herramientas legislativas.

Es un error muy generalizado pensar que el caso de Benito Juárez es la excepción, por el contrario, el origen social de los que han sido presidentes de la República, empezando por el primero, Guadalupe Victoria, es mayoritariamente de cuna humilde, habrá algunas excepciones, pero basta recordar que Ernesto Zedillo alguna vez tuvo que ganar unos pesos boleando zapatos por ser de una procedencia tan modesta como la de López Obrador.

Lo mismo sucede con los gobernadores de los estados. En Zacatecas, la inmensa mayoría de los que han sido nacieron en hogares de modesto nivel de vida, empezando por el mejor de todos los tiempos: Francisco García Salinas.

La modestia del origen social de los que ocupan cargos públicos les lleva a colocar parientes en empleos públicos bajo su control o su influencia, tal condición social es la razón por la cual el congreso del estado incrementa su planta laboral legislatura tras legislatura y en los ámbitos laborales a cargo de “palomeados” por los diputados como le puede platicar en confianza cualquier empleado de la Auditoría Superior del Estado.

SON CAPORALES, NO HACENDADOS

Desde siempre, las élites nacionales y regionales son repelentes a las obligaciones inherentes a un cargo público, aprenden a relacionarse con políticos en el cargo mientras están en el cargo aprovechando la proclividad de esos políticos a aparentar cercanía con quienes consideran les da imagen, no necesitan más.

Cuando repasa uno la condición social originaria de la clase gobernante no encuentra lógico a la existencia de tanto político que parodiando la canción “Él no entiende esa cosa de las clases sociales y vivir en Bernárdez es su ilusión”, pero si hay una explicación a la pérdida de la conciencia social que muestran.

El control político más eficaz sobre la conducta de quienes practican la política es el dinero, tal verdad universal inspiró a los dos partidos que cogobernaron México a partir de 1988 hasta el 2018 a la creación de un sistema de partidos que tuviera más sustento en el dinero que en las ideas, las prerrogativas que desde entonces se otorgan, volvieron innecesarias las cuotas y propiciaron una burocracia derrochadora y propiciando la corrupción al grado que el lugar más seguro para robar dinero público es en los partidos, al cabo todo termina en una multa al instituto político no al ladrón de carne y hueso.

La propuesta de cero pesos de dinero público a los partidos en años no electorales es el principal móvil del virulento rechazo a la reforma electoral que propone el presidente López Obrador, los que dicen es que es una estrategia para desaparecerlos reconocen que sus partidos dependen de dinero, no de ideales, omitiendo que antes de las prerrogativas acordadas en los Noventa, existieron sin las mismas, el PCM.PSUM, PMT, PSM, PST, FCRN Y Por el otro flanco el PAN, el PDM, el PARM Y algunos otros.

El abundante dinero convirtió las militancias de cada partido en convidados de piedra que han visto como los principios que distinguen a cada agrupación se sacrifican para sumarse al contrario cuando los “jefes” lo deciden.

¿Alguien espera que detentan el control de su partido basados en que disponen de las prerrogativas accedan a la propuesta? Sería iluso esperarlo, es mejor difundir la propuesta ente la ciudadanía en general y en las militancias no corrompidas de cada partido hasta ahora sin peso decisorio.

DINERO MALDITO

El dinero como cebo es la estrategia para colocar a los políticos al servicio del sistema que se extendió tanto que pervirtió agrupaciones de ciudadanos en torno a causas nobles, intelectuales, académicos; mientras que la atención se concentra en las dádivas obvias, las de despensas y bultos de cemento, induciendo la falsa creencia de que es ahí donde se afianza el control del sistema que se resiste a morir.

Devolver importancia a los ideales y reducir la del dinero implica cambiar de mentalidad. Luchemos para que los políticos se pregunten para que quieren tanto dinero público “si van por el mundo sin rumbo y sin fe”.

Nos encontramos el jueves en Recreo.

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