Nuevos vientos

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

El sindicalismo real y democrático en México por absurdo que parezca, es prioridad de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá no porque amen a nuestros trabajadores sino porque la mano de obra baratísima fruto de cuarenta años de contención salarial.

Es tan generalizado el abuso laboral que difícilmente el sindicalismo será prioridad general sino lo es para los propios trabajadores. La breve, pero histórica suspensión de actividades en Telmex, no atrajo los reflectores a pesar de su importancia por ser de las primeras que ponen en práctica la nueva situación en la que los trabajadores (y no los dirigentes) los que deciden estallar o levantar la huelga.

El sindicalismo real y democrático en México por absurdo que parezca, es prioridad de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá no porque amen a nuestros trabajadores sino porque la mano de obra baratísima fruto de cuarenta años de contención salarial indujo a muchos inversionistas a instalarse en determinadas regiones de nuestro país provocando altos niveles de desempleo en sus países. Bien es sabido que eso fue lo que gestó al electorado que catapultó a Donald Trump a la Casa Blanca.

El estado dejó de tutelar los derechos de los trabajadores. Los gobiernos fueron asumiendo prácticas patronales que era su responsabilidad vigilar que no se dieran en el sector privado, siendo Miguel De la Madrid el que reorienta el rumbo de la economía al gusto de las directrices de los organismos internacionales siempre dominados por intereses de élites estadounidenses.

Se generalizó el incumplimiento de prestaciones, evasión de cuotas al IMSS, ISSSTE (ISSSTEZAC) INFONAVIT etcétera.

La normalización del atropello laboral se instaló en partidos de izquierdas y derechas. 

Históricamente los empleadores de los medios de comunicación que tienden al abuso han contado con la complicidad interesada de autoridades que aprovechan los conflictos para quedar bien con el medio de que se trate, lo que ha producido muchas historias de defraudación de trabajadores a los que se les descuenta religiosamente las cuotas de INFONAVIT pero que nunca llegan a su destino.

Existe la equivocada idea de que el sindicato es adversidad para el patrón y cuando la conducción de la unidad de trabajo es sumamente facilitada por regulaciones específicas, conductos e instancias de arbitraje.

 La aversión al sindicalismo en sectores patronales culturalmente atrasados no es compartida por los que ven ventajas en la interlocución organizada con sus trabajadores.

 (El éxito negociador de Napoleón Gómez Urrutia se basa en conveniencias mutuas directamente discutidas con los dueños extranjeros y nacionales de explotaciones mineras en territorio mexicano)

                                          

 LA DEMOCRACIA SINDICAL NO MUERDE            

Si en vez de abogados particulares fuera el sindicato de empleados públicos del gobierno del estado y municipios el que diera la cara por los despedidos arbitrariamente, habría más dinero público para servicios y obras. 

Los que cumplen funciones de patrón en lo público y en lo privado deben evolucionar y darse cuenta que la democracia sindical no muerde. En países con mejor seguridad que la que tenemos los elementos policíacos se asocian para la defensa colectiva de sus derechos laborales y no se acaba el mundo, los trabajadores del espectáculo en sus diversas formas tienen sindicato reducido a oficina de trámites, aunque alguna vez quisieron que fuera instrumento de lucha bajo el liderazgo de Jorge Negrete que además de cantar como muchos quisiéramos, era de firmes convicciones sindicalistas. 

La aversión al sindicalismo también se da entre trabajadores que ven una amenaza constante en su líder sindical y que a veces los agrede más que el propio patrón, se les acostumbró a votar por quien les indiquen no por quién les convenza.

El gobierno de López Obrador apenas sienta los cimientos de un conjunto de procesos que deberán consolidarse con la acción colectiva, preservar la soberanía energética, el dominio de la nación sobre los recursos naturales y la búsqueda de la autosuficiencia alimentaria constituyen el núcleo de la recuperación del país irresponsablemente entregado a apetitos extranjeros, pero sin los trabajadores salvaguardando sus derechos y conquistas laborales ningún proyecto de nación tiene viabilidad. 

                                             

SERÁN BARRIDOS 

Durante muchos años dominó el rechazo al ejercicio del derecho de huelga, cada lucha la presentaban como cosa de “alborotadores” sin detenerse a examinar la legitimidad de las demandas, la autoridad se ha cruzado de brazos frente a las represalias de patrones de criterio cerril.

De manera increíble, líderes inescrupulosos privan de libertad de expresión a trabajadores inclinados a pensar con cabeza propia.

Líderes sindicales tradicionales maniobran para posponer elecciones, amedrentan a sus bases, otorgan favores a cambio de incondicionalidad, la indiferencia de los medios de comunicación juega de su parte, la concentración en lo electoral, en lo que dijo el presidente en la mañanera, en las aspiraciones individuales de pretensos candidatos nos ahoga en el mar de generalidades y, a pesar de todo, el movimiento sindical empieza a dar signos de vida 

La integración comercial con Estados Unidos y Canadá se combina virtuosamente con las reformas laborales de López Obrador.

 

Nos encontramos el jueves en Recreo 

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