Naufragio opositor

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

La oposición política no cuaja. Las alianzas electorales borran las narrativas propias de cada partido coaligado. Ya no es posible diferenciar entre panistas, priistas y perredistas dado que comparten hasta las palabras con las que rechazan “mañaneras”, refinería en Dos bocas, el AIFA y el Tren Maya. Botón de muestra de su incapacidad para construirse … Leer más

La oposición política no cuaja. Las alianzas electorales borran las narrativas propias de cada partido coaligado. Ya no es posible diferenciar entre panistas, priistas y perredistas dado que comparten hasta las palabras con las que rechazan “mañaneras”, refinería en Dos bocas, el AIFA y el Tren Maya.

Botón de muestra de su incapacidad para construirse como alternativa, es el hecho de que su rechazo a Morena lo fundan en que son “igual que el PRI”, de ese modo, el “acarreo”, la compra de votos, la instrumentación electorera de programas sociales es presentada a los mexicanos como distintiva del partido con el que están aliados, se auto descalifican como alternativa al mismo tiempo que le dan la razón a lo que Morena ha sostenido desde su fundación.

El COVID y la guerra en Ucrania evidencian lo suicida de mantener la dependencia de los países en energéticos, alimentos y medicamentos.

Cuando en los Estados Unidos se busca rectificar el esquema de privilegios a los grandes contribuyentes ¿Cómo convencer a los mexicanos de que debemos regresar a la época en que para no incomodar a los poderosos era preferible endeudar al país? ¿Cómo harán el PRI y el PAN para reivindicar la política de insertar a México en la vulnerabilidad que ha significado su política según la cual sale más barato comprar al extranjero que producir aquí mismo los alimentos que consumimos? ¿Cómo insistir en la privatización salvaje del sistema de salud que provocó que cuando el COVID se expande nuestro país no producía un solo ventilador y dependiendo de las vacunas fabricada en otros países tanto como en fertilizantes y granos?

La crisis de Taiwán hace temblar al mundo porque en esa región se produce la mitad de los semiconductores a nivel planetario, lo que pone de relieve el disparate de que en México “la mejor política industrial es la de no tener política industrial” según proclamaron los eufóricos gobernantes mexicanos de la era neoliberal.
Las cadenas de suministros de extremos lejanos perdieron su encanto con las interrupciones de traslados de mercancías por mar, aire y tierra originados en la pandemia y prolongados por acontecimientos bélicos.

El soberanismo se afianza en los cinco continentes, a veces por el flanco izquierdo y a veces por la derecha. La relocalización de los procesos económicos genera grandes oportunidades y resalta tanto la acertada política económica de la “Cuarta transformación” cómo el contundente fracaso del modelo que continúan defendiendo los opositores.

De tumbo en tumbo

Los opositores amalgamaron sus intereses a los de un grupo privado liderado por Claudio X y Gustavo de Hoyos evidenciado como no representativo de los más poderosos intereses empresariales con el rechazo al belicoso Javier Lozano como vocero de la Coparmex y con la participación de los inversionistas más poderosos del país en obras como el AIFA, La refinería en Dos Bocas, Tren Maya, ferrocarril interoceánico principalmente, y también con el flujo de inversión extranjera directa en volúmenes sin precedente.

El catastrofismo opositor es contradicho por la estabilidad del peso, la inflación por debajo de la estadunidense y europea y crecimiento cuando otros entran en recesión.
La debilidad política opositora se subraya por el respaldo de gobernadores de sus propios partidos a las obras rechazadas en el discurso opositor (Yucatán y Quintana Roo con Tren Maya, Querétaro, Estado de México e Hidalgo con AIFA, Oaxaca con ferrocarril interoceánico).

La esterilidad intelectual, la pérdida de las identidades ideológicas, así como la adopción de un mismo discurso hasta en detalles, los convierte en generación irreversiblemente derrotada, muy a pesar de tener de su lado a lo más importante de la radio, televisión y prensa impresa.

Su certificado de invalidez es el boicot legislativo.

“Soledades amotinadas”

La oposición local, además del destino nacional del que forman parte tiene sus propias vulnerabilidades, de nada les sirve tener mayoría simple en el congreso local por su probada incapacidad en la función.

La patética ausencia de liderazgo los hace ver como “soledades amotinadas”, como describía Juan Manuel de la Rosa a los cafeteros empedernidos que se amontonan sin compartir propósito.

Les quema las manos la bandera contra la corrupción ¿Por qué no asumen la denuncia de la “estafa legislativa”? ¿Por qué detenerse ante el hecho de que en la misma los presuntos involucrados pertenecen unos al gobierno y otros a la oposición? ¿No sería la ocasión idónea para mostrar imparcialidad y autentico compromiso con la legalidad?

Cada vez que se aproximan elecciones en las últimas décadas, hacen bolita los “inquietos” de “chile”, “dulce” y “manteca” para intentar potenciarse “en la que sigue”, pero la imposibilidad de abanderar causas sentidas, los convierten en soledades amotinadas más fugaces que las cafeteras.

La inexistencia fáctica de la oposición es tragedia política.




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