Miedo a ser medidos con la misma vara

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

En Zacatecas es desesperantemente lento el esfuerzo institucional contra la corrupción. El miedo a ser medido con la misma vara se nota a leguas, es fácil advertir que la clase política local habla de casos de corrupción nacionales sin referirse nunca a casos locales. 

Las redes de complicidades entre sucesivos gobernantes empezaron a romperse de la periferia al centro. Fueron gobernadores los primeros que abandonaron la simulación persiguiendo políticos y funcionarios de bajo perfil para aparentar combate a la corrupción. En el plano nacional es hasta con López Obrador cuando el gobierno interpone una denuncia penal contra quién le antecedió en el cargo.

No es “enchílame otra” proceder contra Peña Nieto, los que tienen cola que les pisen poseen grandes fortunas, tienen cargos en los tres poderes, ejercen gran influencia en los medios de comunicación y viven cada juicio contra corruptos que ejercieron mucho poder como una invitación a poner sus barbas a remojar.

El común de la gente ha tomado conciencia de que la corrupción es fuente principal de lo que le sale mal a un pueblo, sabe también que no hay partido ni ideología política o religiosa que se salve de incubar corruptos en sus filas, que la corrupción se barre de arriba hacia abajo si es de verdad.

Tal evolución de la mentalidad anticipa que México ya tomó el rumbo de eliminar la impunidad al grado de que la corrupción sea la excepción y no la regla, no se logra de la noche a la mañana, pero de que para allá caminamos es innegable.

Políticos honestos de varias generaciones jamás tuvieron oportunidad de imponerse, su “puritanismo” incomodó a ladrones que se auto concebían poseedores de cualidades que los hizo triunfar en la vida y jamás se sintieron como lo que realmente fueron: ladrones y aprovechados que se enriquecieron a costa de empobrecer a la colectividad.      

 Los avances contra la corrupción no son parejos en todos los estados, mientras que en varios han encarcelado gobernadores y “primeras damas”, en otros sigue vigente la estrategia de agarrar piezas menores para construir una apariencia de lucha contra la impunidad, desoyendo el reclamo popular de combatir a élites corruptas.

La explicación que encuentro es que los gobernantes locales tienen presente la sentencia bíblica que reza: “Con la vara que midas serás medido”, por eso es histórico que López Obrador decida no bloquear la justicia para encubrir a Peña Nieto.

¿Corral acorralado?

Chihuahua es un laboratorio político interesante, Javier Corral, panista de prosapia, denunció una trama fraudulenta mediante la cual la Secretaría de Hacienda trianguló dinero mediante el gobierno de Chihuahua encabezado por César Duarte, antecesor de Corral, con la finalidad de que dicho dinero le fuera entregado al PRI, como se hizo con el “Pemex-gate” y la “estafa maestra”.

La ofensiva judicial contra César Duarte y su grupo “embarró” a la panista María Eugenia Campos Galván que ahora es gobernadora y cuando Duarte fungió como coordinadora de la fracción del PAN en el congreso local y que recibió dinero en forma indebida de parte del Propio Duarte.

La gobernadora tuvo el apoyo para librar el proceso penal en su contra y suceder a Javier Corral.

Esta semana, la legislatura de Chihuahua decidió instaurar juicio político contra el ex gobernador, a partir de una promoción de un abogado ante esa legislatura, acusando a Corral de desacato a la ley local de austeridad por usar, en vez de vender, las aeronaves que posee el gobierno.

No sabemos si esto forma parte de la estrategia de defensa del ahorita preso Cesar Duarte, sea venganza de la gobernadora o estemos ante una lucha cívica.

En cada estado de la república, en la ciudad de México misma, la principal tarea que los gobernados esperan que sus gobernantes cumplan, es la de proceder con la ley en la mano contra los que abusaron de sus cargos, la gente intuye que la situación llegó a tal magnitud, que la ejemplaridad de los castigos es necesaria para marcar un antes y un después estado por estado y municipio por municipio.

Aterrizaje local 

En Zacatecas es desesperantemente lento el esfuerzo institucional contra la corrupción. El miedo a ser medido con la misma vara se nota a leguas, es fácil advertir que la clase política local habla de casos de corrupción nacionales sin referirse nunca a casos locales. 

Nada reprochan a sus sucesores y jamás procedieron contra sus antecesores, lo mismo hacen los actuales ediles, se quejan de que solo les dejan deudas, pero no se atreven a hurgar en los vericuetos.

La mediocre vocación de “no meterse en problemas” mantiene al estado abrumado por tanto problema desatendido por contralores y auditores, fiscales y diputados que prefieren que el tiempo mande al archivo muerto las estafas legislativas, ejecutivas, judiciales, municipales y demás.

La agenda nacional derivada del proyecto nacional de la “Cuarta transformación” debiera traducirse en agenda local con prioridad en el combate a la corrupción, la gente lo espera.

Nos encontramos el lunes en Recreo

@luismedinalizalde-

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