La losa del desprestigio

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

No hay institución pública sin riesgo de albergar en su seno a un corrupto, por eso en todos los países se crean mecanismo para detectar y prevenir hechos anómalos, los órganos auditores y contralores son indispensables lo mismo en el Vaticano que en China, en Estados Unidos o en Cuba. El tiempo nos ha enseñado … Leer más

No hay institución pública sin riesgo de albergar en su seno a un corrupto, por eso en todos los países se crean mecanismo para detectar y prevenir hechos anómalos, los órganos auditores y contralores son indispensables lo mismo en el Vaticano que en China, en Estados Unidos o en Cuba. El tiempo nos ha enseñado que una sotana puede ser el vestido de un portento de bondad o por un padre Maciel del mismo modo que el uniforme militar pude lucirlo un ejemplar protector de la sociedad o un asesino. Una institución bien dirigida, cuando detecta traición a su misión, castiga la conducta del desleal y en vez de ver mermado su prestigio lo reafirma.

El desprestigio acumulado del Poder Legislativo  en Zacatecas no se debe a que todos los integrantes de las legislaturas que han sido escenario de escándalo hayan participado de la corrupción, bien es sabido que tanto los gobernantes como las empresas privadas interesadas en votos legislativos siguen la línea de “según el sapo es la pedrada”, la compra de los que aprobaron reformas de Peña Nieto solo fue de unos cuantos, a la mayoría les pasó de noche, el audio que delata la compra de votos  en el congreso local para apoyar una solicitud del gobernador cuya historia de condensa en “¿Y mis 100 mil pesos?” Lo hace evidente.

¿Por qué se desprestigia la institución a veces más que el individuo que comete la falta?  Por reaccionar como durante muchos años lo hizo la jerarquía eclesiástica con los sacerdotes pederastas, es hora que todavía no repone la influencia que perdió no con los abusos de Maciel y similares sino con el silencio encubridor de los jefes de la Iglesia.

                                    Acusan recibo

¿Están los diputados preocupados por el desprestigio en que cayó la 64 legislatura? Así lo reflejan las exposiciones en tribuna del martes 9 de mayo, hacen bien, que bueno que no sean indiferentes a lo que se piensa de ellos.

Si pretenden explicar su desprestigio por la historia de las herramientas legislativas y su uso clientelar o personal, están en la institución que nunca debió ignorar qué en la División de Poderes, uno es el que lo aprueba (legislativo) y otro el que lo ejerce (ejecutivo), y que a los diputados les corresponde darle seguimiento al ejercicio del presupuesto que aprobaron y al Poder Judicial castigar todo lo anómalo ¿Es mucha ciencia entenderlo?

Esta legislatura se sumió en el descrédito con la sola pretensión de restaurar una práctica que los medios locales han desnudado reiteradamente.

También se alude la modalidad inventada como remplazo de las herramientas legislativas, los igualmente fraudulentos “servicios legislativos” que se convirtieron en mayor escándalo de corrupción legislativa en los últimos años, los actuales diputados reaccionan ante ese hecho igual que la jerarquía católica ante los curas pederastas antes de que el Papa Francisco agarrara el toro por los cuernos, pudieron haber solicitado a la Auditoría Superior del Estado que le echara un ojo a todo lo correspondiente a la 63 legislatura en virtud de que lo que se ha expuesto corresponde a ocho meses del 2021 y una vez dictaminado lo conducente, hacer del conocimiento de la fiscalía anticorrupción lo conducente, en vez de eso, siguen manteniendo vigente esa tramposa modalidad y carecen de interés en que el fiscal no carezca de interés en entrarle a esa papa caliente, con esa actitud elusiva, se acarrean el desprestigio que ahora resienten.

Fuente de descrédito es el desacato a la obligación de designar órgano de control interno en que incurren la anterior legislatura y la actual.

Si les preocupara su prestigio, tomarían la lista de los ocho declarados como elegibles en la legislatura anterior para designar a uno, porque si hacen una nueva convocatoria se exponen a que alguno o los ocho interpongan un amparo y los deje una vez muy mal parados, pero prefieren ni tocar el tema como tampoco se ocupan de otro desacato, el referente a la reglamentación de mandato cuyo plazo se le venció, para variar, a la legislatura anterior.

                   ¿Lo sabe Dios? Que lo sepa el mundo

Si están muy preocupados por su prestigio los diputados pudieron preguntar en sesión ordinaria al presidente de la mesa directiva si es cierto que la legislatura la ha pagado viajes y estancias en Playa del Carmen, Puerto Vallarta y Querétaro, además de camisas en “El más barato” ¿Acaso no se sienten merecedores de una explicación? ¿Piensan que esas informaciones no lesionan el prestigio de la legislatura? ¿Temen que el presidente empiece también a preguntar lo que quiere saber de cada uno?

 

Se advierte un cambio en la mentalidad ciudadana que la vuelve exigente y dispuesta a poner orden

 

 




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