La iniciativa privada
Zacatecas está en el fondo de una región en la que los estados vecinos empezaron a caminar sin esperarnos, cada entidad vive consecuencias de decisiones de su clase gobernante. No significa que esas entidades están en el paraíso y nosotros en el infierno; han generado empleo en grado muy superior a nosotros, pero no parecen … Leer más
Zacatecas está en el fondo de una región en la que los estados vecinos empezaron a caminar sin esperarnos, cada entidad vive consecuencias de decisiones de su clase gobernante. No significa que esas entidades están en el paraíso y nosotros en el infierno; han generado empleo en grado muy superior a nosotros, pero no parecen conformes con la lenta extinción de sus respectivas iniciativas privadas, ni por el crecimiento urbano fuera de control, al convertirse en el imán de los estados, sin capacidad de ofrecer modos de ganarse la vida.
La historia de las economías regionales en nuestro país reconoce en el sector privado de Monterrey al mejor de todos, desde que arrancó su existencia en la segunda mitad del siglo 19 hasta la fecha, los capitales foráneos no la “achican,” la complementan.
En contraste, la iniciativa privada local requiere cambiar de mentalidad y evitar su desplazamiento total por la inversión foránea.
Una nueva mentalidad exige menos individualismo y más sentido de equipo para sumar potencialidades profesionalizando la administración empresarial, dejando atrás la pulverización de fortunas en feroces litigios de herederos.
Al empresario particular le corresponde planear el proyecto de desarrollo de su empresa y a la organización empresarial le toca negociar con la clase gobernante las políticas generales que favorezcan sus legítimos intereses, asumiendo que el poder económico no se confunde con el poder político sin graves inconvenientes. Contra eso votamos los mexicanos en 2018.
La estrategia económica requiere de economistas: los gobernantes improvisados los subutilizan, lo óptimo es incorporarlos a las funciones para la que han sido formados, en vez de seguir dependiendo de publirrelacionistas.
Necesitamos liderazgo político fuerte
Las organizaciones creadas para fines distintos a los electorales han sido anuladas cuando se les usa como clientela, en Zacatecas semejante práctica ha perjudicado a la mayoría de los socios de organizaciones de la iniciativa privada y beneficiado a unos cuantos.
Atenerse a la relación personal con el gobernante es optar por el tráfico de influencias, en vez de por la legítima competencia, para algunos, solo para algunos, funcionó en el pasado, aunque con graves perjuicios para el estado, venturosamente, eso es cada vez más difícil dado el endurecido marco jurídico encaminado a terminar con la corrupción que nace de pactos electorales corporativos.
Zacatecas necesita un sector privado fuerte, arraigado y por lo tanto, interesado en el desarrollo de la entidad. Al gobierno le corresponde evitar que nuestra iniciativa privada sea engullida por los inversionistas foráneos, en vez de que éstos sean factor de fortaleza del empresarial local, como sí pasa en Monterrey.
El sector privado, como el resto de los gobernados debe tener en el gobernante al líder que los represente ante las grandes mineras, la cervecera y las cadenas comerciales conviertan a los zacatecanos en sus proveedores, transportistas, obreros y trabajadores técnicos y administrativos a cambio de los terrenos, infraestructura y otras “facilidades” otorgadas sin la debida contra-prestación. Claro, hasta donde la legalidad y la capacidad política negociadora lo permitan y sin quitar el dedo del renglón en la demanda de que el domicilio fiscal de las empresas foráneas se ubique en la entidad.
Los decisiones del capital no tienen ideología, son frías, no dependen de lo que les cuenten los políticos locales, disponen de “sus propios datos” en función de eso deciden, les da lo mismo que en China gobierne el Partido Comunista y en Alemania la democracia Cristiana, en cada caso concreto saben dónde respetar escrupulosamente las leyes y en dónde repartir “mochadas”, hasta ahora nuestros gobiernos locales han sido ingenuos al apostar a viajes por el mundo donde dan hasta lo que no les piden.
Primero arreglar la casa
El problema número uno de los zacatecanos es el de la inseguridad, el pago del derecho de piso es un impuesto forzoso que hace quebrar a muchos y emigrar a otros, no lo ignoran los potenciales inversionistas como tampoco ignoran que tenemos una red carretera interna deplorable, el gobernante debe saber que antes de recibir a los invitados se arregla la casa, el sector privado deberá asumirlo también.
La corrupción en la esfera electoral se teje en complicidades entre políticos y miembros de la iniciativa privada, los “patrocinios”, en efectivo abrieron la ruta de la parálisis y por cada nuevo rico recién surgido hay legiones de nuevos más pobres.
Odebrecht es símbolo de una etapa que debemos ya dejar, estado por estado, municipio por municipio.
Zacatecas ha incubado mucha corrupción y mucha impunidad como para no hacer de esa realidad la primerísima tarea si queremos alcanzar a los estados vecinos
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