Hay razones para el optimismo

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

El voto según la clase social sorprendió a Tiros y Troyanos, Claudia obtuvo la mayoría de votos, con ventaja de 8 puntos entre los más ricos de la sociedad mexicana.

Muchos que perdieron lo hicieron por temores infundados que pronto disiparán, a nadie le quitarán su casa y ningún templo será cerrado.

El voto según la clase social sorprendió a Tiros y Troyanos, Claudia obtuvo la mayoría de votos, con ventaja de 8 puntos entre los más ricos de la sociedad mexicana. Ciro Gómez Leyva no pudo disimular su sorpresa y seguramente jamás lo esperaron los que se aglutinaron tras la figura de Claudio X para el propósito contrario, en el resto de los sectores sociales la ventaja fue mayor.

En el centro de la oferta electoral de la fuerza triunfante estuvo la reforma judicial como el punto más debatido y resistido, ante eso ¿Qué sigue?

Dado que existe una iniciativa presidencial al respecto, muchos esperan que la misma sea desahogada en el próximo septiembre dado que hasta ahora todo indica que la nueva correlación de fuerzas la hace viable, sin embargo, fruto de los foros denominados “Diálogos para la transformación” referidos al tema, aparece un enfoque que enriquece la propuesta original al identificar como objetivo principal de la reforma el acceso a la justicia para todas y todos los mexicanos, lo que implica que el universo a transformar no se detiene solamente en el poder judicial federal como hasta ahora sino que incluye necesariamente sus equivalentes en las 32  entidades federativas, las fiscalías federal y estatales y el régimen penitenciario.

Un acierto que debe continuar es el de ventilar la información pública día tras día, que los cambios a la constitución y leyes nunca más sea procesado como asunto de pocos, de directos interesados y especialistas sino como tema de ciudadanía, el acompañamiento de la gente es lo que fortalece al poder transformador, por eso López Obrador no ha sido vulnerado por el enorme poder de los medios del país y del extranjero operado en su contra, gracias a dicha estrategia, los mexicanos pudimos darnos cuenta que el poder judicial se convirtió en la pieza principal para la sobrevivencia del régimen de privilegios y corrupción que se diseñó en la etapa que arranca con el fraude de Salinas de Gortari y concluye con la derrota de Peña Nieto, quedando aún bastiones del mismo en la institucionalidad actual que deberán removerse.

El debate sobre si jueces, magistrados y ministros deben ser votados por la ciudadanía es el que más controversia desata, ya nadie discute la pertinencia de separar la Judicatura Federal del control de la presidencia de la SCJN, pues para todos es claro que no está en condiciones de cumplir la misión de garantizar un poder judicial autónomo alejado de la contienda partidista, lo  confirma su silencio ante la imprudente alianza política de la presidenta de la SCJN con el presidente del PRI confesada por ella misma.

Nada es para siempre

Ningún diseño institucional es eterno, hecho que ignoran los que en nombre del “sistema de pesos y contra-pesos” cuando apoyan que la porción de servidores públicos que no emergen de las urnas resistan y saboteen a quienes emergen del voto ciudadano con un proyecto avalado en las urnas.

Un poder se frena plasmando en las leyes sus límites y atribuciones y sus sanciones correspondientes. La falacia de los contrapesos solo sirve para contrarrestar la voluntad popular en la que reside la soberanía, según lo establecido en el artículo 39 constitucional, no es casualidad que los órganos autónomos se introdujeran en los países bajo el influjo neoliberal que en el mundo tiene como referentes estelares a Margaret Tatcher y Ronald Reagan y en nuestro país al prianismo.

Todos cabemos

Si las reformas necesarias para culminar el cambio de régimen se ´procesan entre “expertos” y académicos no saldremos adelante, los profesionales del derecho integrados a la función pública procedentes de universidades privadas han crecido exponencialmente, además, los planes de estudios de las universidades públicas son resultado de la inducción neoliberal vía la SEP en los últimos 40 años, todos eso se traduce en conservadurismo jurídico muy ad-hoc para una realidad que ya cambió.

La culminación del cambio de régimen debe ser fruto consciente de la sociedad entera, no de grupos de iluminados, es lo que construye ciudadanía para que la democracia sea de verdad y no simple retórica.

Claudia encabezará el segundo tramo de una transformación que ya es referencia mundial. Las elecciones reflejan un pueblo pacífico, pensante, consciente y respetuoso de la pluralidad.

Denunciemos juntos incongruencias y corrupción venga de donde venga.

La erradicación de la pobreza y la construcción de paz son anhelos de todo ser humano sea cual sea su ideología.

No hay polarización sino elevada conciencia de lo público, no hay sorpresas sino sorprendidos.

Seamos optimistas.

Nos encontramos el lunes en Recreo

@[email protected]




Más noticias


Contenido Patrocinado