Ciudadanía de todos los días

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

México construye paso a paso el régimen político en dónde la gente pese en las decisiones que le atañen.

Reducir la política a lo electoral es maniatar al pueblo, las causas de la gente deben incentivar el interés y la participación de todos, lo electoral tiene sus tiempos muy precisos y la lucha por las reivindicaciones de los pueblos es permanente.

México construye paso a paso el régimen político en dónde la gente pese en las decisiones que le atañen, así se explica la convocatoria al debate en torno a la reforma judicial acordada por el Presidente López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum a pesar de la contundencia que el mandato de las urnas a favor del paquete de reformas turnadas al congreso desde el 5 de febrero.

Las fuerzas democráticas lucharon por el derecho a elegir las autoridades locales de los habitantes del entonces Distrito Federal, mediante una exitosa consulta ciudadana no legal pero si legítima, despejando el camino para que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas fuera primer jefe de la ciudad democráticamente electo.

López Obrador convocó a una exitosa consulta tampoco legal pero también legítima en torno a la cancelación del proyecto del aeropuerto en el Lago de Texcoco, antes encabezó el esfuerzo para que los mexicanos fuéramos consultados sobre la catastrófica reforma energética de Peña Nieto, pero la SCJN la impidió.

Promovió la reglamentación de la democracia directa y como presidente se sometió a la consulta de revocación del mandato y en ocasión posterior preguntó a los mexicanos sobre la posibilidad de juzgar a los expresidentes, en ambas ocasiones el INE controlado por Lorenzo Córdova instaló solamente una tercera parte de las casillas con el propósito de que no se alcanzara el porcentaje de la votación que le diera carácter obligatorio a cada resultado.

México ha sido gobernado por visiones alérgicas al peso de la gente en las decisiones que le atañen, la que se las ingenia para alejar a la gente de la política, los “científicos” del porfiriato inventaron el lema de “Poca política y mucha administración”, sus sucedáneos salinistas erigieron el saber técnico como antídoto en vez de fortaleza de la política.

Nunca más un pueblo apático

Las muchas formas de desinteresar a la gente de la política construyeron un ciudadano inmovilizado persuadido de que “todos los políticos son iguales” como fundamento de su no participación, sólo la persistencia de los que nunca se rinden fue cambiando la mentalidad ciudadana al grado de dar vida a un sistema electoral con un porcentaje de votación mayoritaria sólido a pesar de que votar es totalmente voluntario, sin multa de por medio como en otros países.

La trampa a superar consiste en reducir la política a lo electoral, provocando que muchos se activen como ciudadanos solo en tiempo y por motivos electorales.

Por eso es de celebrar que la ciudadanía sea convocada una y otra vez a involucrarse en los cambios apoyando, rechazando, proponiendo, informándose.

Nunca más aceptemos la exclusión por ser  “asunto de expertos”, tal como lo promovió con mucha efectividad Salinas de Gortari, usando de parapeto a académicos e intelectuales para legitimar decisiones privatizadoras y entreguistas de nuestra soberanía.

La reforma del poder judicial es de interés de todos los mexicanos, el acceso a la justicia y la certeza jurídica incumbe a todos, así como la real división de poderes que concilie autonomía y colaboración y la independencia judicial respecto a los poderosos.

Los dueños de capitales especulativos tendrán que admitir que México ya no se doblega ante sus tradicionales amagos, que ya formamos parte de las naciones consistentemente soberanas y que la reforma ofrece la certeza jurídica que un sistema judicial maleable no les garantiza.

Sigamos “avispados”

El debate sobre el poder judicial no tiene cancha pareja, las televisoras, radiodifusoras y periódicos, con algunas excepciones, darán difusión a las opiniones contrarias a las reformas para dar la impresión de que el pueblo las rechaza a sabiendas de que no es así.

Los poderosos consorcios mineros interpusieron amparos contra la reforma a la ley minera que están pendientes de desahogarse, las empresas de electricidad que lograron que la SCJN anulara la ley eléctrica aprobada por ambas cámaras y empresas saqueadoras de nuestro suelo como Vulcano se juegan mucho si México reforma un poder judicial que mucho les ha servido, El propio Salinas Pliego hará todo lo posible porque la iniciativa sea, cuando menos “rasurada”.

El acaparamiento del agua reclama, para terminarlo, una ley nacional al respecto que este poder judicial no dejaría avanzar.

Hay un proyecto de transformación que es resistido por una minoría con mucho poder de compra.

Si la gente sigue pendiente de la vida pública permanentemente y no solo en tiempos electorales, entre todos seremos capaces de tener un México más igualitario y con estado de derecho.

Nos encontramos el lunes en Recreo

@[email protected]




Más noticias


Contenido Patrocinado