Los muertos no votan

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

Se informó ayer que el domingo pasado fueron encontrados 11 cadáveres en Uruapan, Michoacán. De acuerdo con la Fiscalía General de ese estado (FGE-MICH), todos muestran signos de tortura y es muy posible que fueran delincuentes asesinados por sicarios pertenecientes a una banda enemiga. Antes, entre los días 7 y 14 de enero, empleados de … Leer más

Se informó ayer que el domingo pasado fueron encontrados 11 cadáveres en Uruapan, Michoacán. De acuerdo con la Fiscalía General de ese estado (FGE-MICH), todos muestran signos de tortura y es muy posible que fueran delincuentes asesinados por sicarios pertenecientes a una banda enemiga.

Antes, entre los días 7 y 14 de enero, empleados de la Fiscalía General de Jalisco (FGE-JAL) y del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), desenterraron “secciones anatómicas que presumiblemente corresponderían a 29 personas” de una fosa clandestina en un predio en Tlajomulco de Zúñiga. Las autoridades afirman que esta fosa está relacionada con otras dos localizadas muy cerca: en una encontraron los restos de por lo menos 50 personas en diciembre pasado, y en otra, en noviembre, se desenterraron bolsas con 31 cuerpos desmembrados.

En total, los restos recuperados en Michoacán y Jalisco pertenecen a unos 110 seres humanos.

Algunos de ellos fueron reportados como desaparecidos por sus familiares y amigos, otros no. Muchos tal vez jamás serán identificados y serán solo un número más en una aterradora estadística que indica que México es un país muy violento en donde, para muchos, la vida no vale nada.

La Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNBP) informó a principios de este año que 3 mil 631 fosas clandestinas fueron encontradas entre 2006 y 2019.

La misma CNBP explicó que del primero de diciembre de 2018 al 31 de diciembre de 2019 se hallaron 873 fosas que contenían mil 124 cadáveres, habiéndose identificado hasta ahora solo 395. Más del 60% estaban en Sinaloa, Colima, Veracruz, Sonora y Jalisco.

El 6 de enero pasado la Comisión informó que durante los 55 años que transcurrieron entre 1964 y diciembre pasado se reportaron 147 mil 33 personas desaparecidas, que 85 mil 396 de ellas, el 58%, eventualmente fueron localizadas y que 61 mil 637, el 42%, nunca han sido encontradas.

La aterradora situación que vive el país es evidente si tomamos en cuenta que el 97.4% de las 61 mil 637 desapariciones, es decir 60 mil 53, se registraron de 2006 a 2019.

Tan solo en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto se reportaron 56 mil 453 desapariciones, el 91.6% de las 61 mil 637; un promedio de 2 mil 532 cada mes. Durante los primeros 13 meses del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se denunciaron 5 mil 184 desapariciones; un promedio mensual de 399.

¿Cuántos de los desaparecidos están entre los 37 mil cadáveres que, según José Miguel Vivanco, director Ejecutivo de Human Rights Watch, no están identificados? ¿Podrán ser algún día identificados?

Miles de personas desaparecidas jamás serán identificadas porque los gobernadores olvidaron que, si bien los muertos no votan, sus familiares sí lo hacen. Y por un partido de oposición.




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