Los empleadores y ONGs generan más confianza que el gobierno y los medios de comunicación

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

Fue un acierto que el presidente Andrés Manuel López Obrador decidiera difundir un vídeo el viernes, grabado quién sabe cuántas horas antes en Palacio Nacional, en donde le informó al pueblo de México que, si bien padecía de Covid-19, se presentaba “para que no haya rumores, malos entendidos”. Añadió: “Los médicos me dicen que está … Leer más

Fue un acierto que el presidente Andrés Manuel López Obrador decidiera difundir un vídeo el viernes, grabado quién sabe cuántas horas antes en Palacio Nacional, en donde le informó al pueblo de México que, si bien padecía de Covid-19, se presentaba “para que no haya rumores, malos entendidos”. Añadió: “Los médicos me dicen que está pasando la etapa crítica (…) Estoy bien aunque todavía tengo que guardar reposo”.

Si bien se veía debilitado por la enfermedad y su paso no era firme, AMLO distaba de verse como alguien terriblemente grave o, como algunos medios especularon, de estar semiparalizado por una embolia cerebral.

Que recorriera algunas zonas de Palacio Nacional también sirvió para acabar con los rumores que lo situaban postrado en una habitación del Hospital Central Militar.

Lo que resulta inverosímil es que aun después de que se difundiera el vídeo, haya quienes afirman que el presidente seguramente grabó ese vídeo antes de enfermar como una medida para prevenir especulaciones en torno a su estado de salud en caso de que cayera víctima de su propia necedad por negarse a usar un cubrebocas que, según expertos de talla internacional, es hasta ahora la mejor manera de prevenir contagios.

O sea que hay personas que no están dispuestos a creerle nada al gobierno de la 4T, haya o no vídeos que muestren que el presidente está vivo y no tan enfermo como algunos suponen o quisieran que esté.

Que mucha gente desconfía de la información que le proporciona su gobierno sucede no solo en México sino alrededor del mundo, de acuerdo con el Barómetro de Confianza Edelman 2021, que se basa en una encuesta realizada entre poco más de 33 000 personas mayores de 18 años en 28 países y que se difundió hace unos días.

Entre enero y mayo de 2020, en 11 de los 28 países encuestados se registró un aumento en la confianza que la gente tenía en sus gobiernos nacionales.

La confianza aumentó así en el periodo señalado: Reino Unido (24%), Canadá (20%), Alemania (19%), Corea del Sur (16%), Francia (13%), México (12%), Estados Unidos (9%), India (6%) y Arabia Saudita, China y Japón (5% cada uno).

Llegó la pandemia y las personas perdieron la confianza en sus gobiernos. Entre mayo de 2020 y enero de 2021, la disminución fue la siguiente: Corea del Sur (17%), Reino Unido (15%), China (13%), México (12%), Canadá (11%), India (8%), Estados Unidos (6%), Alemania (5%), y Arabia Saudita y Japón (1% cada uno).

Solo Francia no registró una disminución sino que la aumentó 2 por ciento.

Por primera vez en los 21 años en que se ha realizado el Barómetro el sector privado fue la institución en la que más confían las personas (61%), arriba de las organizaciones no gubernamentales u ONGs (57%), el gobierno (53%) y los medios de comunicación (51%).

De entre todas las instituciones, “mi empleador” fue el que más altos porcentajes de confianza recibió. Desde un mínimo de 58% en Corea del Sur hasta un 92% en Indonesia, para lograr un promedio de 78%. En México la confianza en el empleador fue de 86%, el tercero más alto después de Indonesia e India (89%).

AMLO haría bien en tomar en cuenta estos datos, sobre todo cada vez que se le ocurra calificar de ladrones y corruptos a los empresarios y a las ONGs del país.

A menos de que él tenga otros datos…




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