2021: no espero mucho

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

Concluyó 2020, pero no se acabaron los problemas que hicieron de ese año uno de los más terribles que hayan vivido millones de personas. La pandemia de Covid-19 mató a quién sabe cuántas personas ya que no todas sus víctimas fatales han sido debidamente contabilizadas. Hasta ayer, las cifras oficiales decían que 1 849 048 … Leer más

Concluyó 2020, pero no se acabaron los problemas que hicieron de ese año uno de los más terribles que hayan vivido
millones de personas.

La pandemia de Covid-19 mató a quién sabe cuántas personas ya que no todas sus víctimas fatales han sido debidamente contabilizadas. Hasta ayer, las cifras oficiales decían que 1 849 048 alrededor del mundo (incluidos los 126 851 que murieron en México). Sin embargo, este número podría representar entre el 75% y 90% del total de muertes, según diversos expertos.

Por el Covid muchos perdimos a personas queridas y ninguna estadística servirá nunca para describir la tristeza
que nos provocan esas ausencias súbitas e irremediables.

La pandemia golpeó a la economía de casi todos los países y la mayoría de los habitantes de cada uno de ellos experimentó una abrupta caída en su nivel de vida. El número de pobres y desempleados aumentó a niveles pocas veces vistos en los últimos 100 años. La cantidad de empresas que quebraron rompió récords y en cuestión de meses se esfumaron años de esfuerzos de quienes las fundaron.

El producto interno bruto de Méxicocayó entre el 9% y 10% en 2020 y para 2021 crecerá entre el 3% y el 4 por ciento.

En México, además, tuvimos que padecer por un año más las consecuencias de la incontrolada actividad de los delincuentes. Durante algunos meses el número de asaltos y robos se redujo debido a la suspensión de muchas actividades no esenciales y al hecho de que millones de personas se quedaran en sus casas. Sin embargo, conforme se restablecieron las actividades y la gente salió de su confinamiento, las víctimas de esos delitos de nuevo aumentaron.

El encierro en los domicilios aparentemente causó un incremento en el número de los casos de violencia familiar, siendo mujeres y niños las principales víctimas. En 2020 las acciones del gobierno para reducir el número asesinatos y femicidios no sirvieron de nada, ya que los primeros apenas disminuyeron 0.4% y los segundos aumentaron 0.3 por ciento.

¿Qué espero para 2021? No mucho.

La pandemia seguirá causando estragos y, pese a que ya hay varias vacunas anticovid autorizadas por las autoridades sanitarias de Estados Unidos, la Unión Europea o el Reino Unido, tardarán aún en llegar a México en las cantidades necesarias para vacunar a unas 90 millones de personas, que es el número que hay que alcanzar con el objeto de generar el efecto de rebaño necesario para que el coronavirus deje de esparcirse como hasta ahora.

A juzgar por todo lo que hemos visto, falta mucho para que el gobierno alcance altos niveles de eficiencia en su programa de vacunación, el cual no ha sido explicado detalladamente. Mientras, decenas de miles de mexicanos seguirán muriendo.

La economía crecerá, pero no lo suficiente para generar los empleos que se necesitan dentro del sector formal y será hasta 2024 o 2025 cuando el PIB iguale el nivel que alcanzó en 2018. No ayudarán en nada para atraer la inversión privada nacional o extranjera las políticas antiempresariales sugeridas, promovidas o adoptadas por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y los legisladores morenistas.

Finalmente, la delincuencia seguirá victimizándonos de una u otra manera, directa o indirectamente.

Así veo 2021 y por eso no espero mucho.




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