Resistencia al cambio

La discusión de la nueva estructura del presupuesto federal permite apreciar la debilidad creciente de la resistencia al cambio, el cerco a la cámara de diputados implementado por líderes beneficiarios de la política del pasado no tuvo los frutos anhelados. El traslado social de los dineros públicos se institucionaliza como estrategia de vigorización del consumo … Leer más

La discusión de la nueva estructura del presupuesto federal permite apreciar la debilidad creciente de la resistencia al cambio, el cerco a la cámara de diputados implementado por líderes beneficiarios de la política del pasado no tuvo los frutos anhelados. El traslado social de los dineros públicos se institucionaliza como estrategia de vigorización del consumo interno que deberá reactivar la economía con una lógica de inclusión social que desdeñó el viejo régimen al corromper con fines electorales lo destinado a los marginados, pero si la derrota de los bastiones sectoriales de la corrupción es visible a estas alturas, la resistencia al cambió emerge aún con fuerza en las alturas de la burocracia insensible que defiende su confort y en los gobiernos estatales y municipales que se ven enfrentados a introducir cambios en la forma de gobernar derivados de la nueva situación.

Zacatecas, contra lo que la propaganda oficial sostiene, sale muy bien librado al llenar el hueco financiero generado en los primeros años de la década de los Noventa, cuando la descentralización educativa no fue negociada con tino, dejando a las arcas estatales el pago de la nómina de miles de maestros.

Hay signos visibles de que la clase gobernante zacatecana ignora la irreversibilidad de los cambios instalándose en resistencia pasiva, actitud que redunda en fracaso para un estado urgido de ser gobernado de modo distinto.

Un modo de sacar ventaja del cambio es liberando recursos que ahora se destinan a programas similares a los federales en vez de entrar a una infantil competencia por ver quien reparte beneficios que se traduzcan en votos para el 2021, cuando lo correcto es asegurarse que ninguno de los tres niveles de gobierno haga uso electorero de esos fondos públicos, dejando la carga financiera a la federación y asumiendo la vigilancia sobre la operación de los programas federales para ser voz de excluidos y garante del derecho a no ser condicionados con perversión electoral.

El cambio puede servir a los zacatecanos como oportunidad para sacudirse gastos que nunca debieron admitirse, que van de lo destinado al negocio del futbol hasta lo despilfarrado en distractores con motivo de fiestas patronales, ferias, día de esto, día de lo otro.

 

Se nos va el tren

Hay dos modos conocidos de resistir y ambos son practicados por políticos zacatecanos, la resistencia activa, explícita, consciente, expositora de una narrativa opuesta a la de la “Cuarta Transformación” a propósito de la desaparición del seguro popular, del recorte del gasto a las dependencias y demás modalidades de austeridad, con su silencio avalan provocaciones que en otros condenarían (policías federales bloqueando accesos al aeropuerto, incitaciones a militares para un golpe de estado). Cerrar filas con el presidente si las circunstancias lo ameritan no está en sus génes, su apuesta es a lo que ya no será.

Reconocer su legítimo derecho no exime de pensar en las repercusiones de sustraer a Zacatecas de los cambios en curso.

La otras forma de resistencia, la pasiva, es propia de simuladores que están en el lado triunfador sin compartir valores ni propósitos, en público hablan de austeridad y en privado reniegan y presionan, dicen una cosa y hacen otra, ellos, a diferencia de los que abiertamente resisten, carecen de legitimidad.

A la hora de debatir el cambio en curso solemos concentrarnos en el uso del dinero público del nuevo régimen sin atender el uso del tiempo público que alienta el Presidente, no advertimos que no viaja al extranjero, no asiste a informes, no acude a eventos sociales ni a informes oficiales, se reúne con los empresarios para construir acuerdos, no para salir en las reseñas “compartiendo el pan y la sal, Bien harían los políticos zacatecanos en revisar el uso del tiempo público por obvios motivos, pero es el poder legislativo el que en forma por demás elocuente refleja el deplorable nivel de nuestra clase política cuando los coordinadores de cada fracción, por unanimidad, suscriben una iniciativa insólita en la que pretenden retornar a tiempos en los que los recesos eran por dos meses más al año es suscrita por unanimidad de los coordinadores de fracciones legislativas, justo cuando el Presidente no “entra en receso” ni sábados y domingos.

 

No habrá vuelta atrás

El rechazo al cambio es tan duradero como minoritario cuando la transformación es realidad irreversible pero no es lo mismo que conservadurismo anide en un segmento social a que sea política de gobierno.

Cuando es un segmento de la sociedad el que enarbola el culto a lo que ya no es, las sociedades continúan su avance.

Cuando es nuestra clase gobernante la que se aferra, es el estado el que se rezaga.
Urge ver hacia adelante, si se puede.




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