De Fresnillo te enamoras o su caldo de rata te hipnotizará para hacerlo

El Santo Niño de Atocha es el que rifa en la región. / Fotos: David Castañeda.
El Santo Niño de Atocha es el que rifa en la región. / Fotos: David Castañeda.

En el Jardín de la Madre puedes sentarte a comer un antojito.

FRESNILLO.- Fundado el 2 de septiembre de 1554, el municipio de El Mineral es un ejemplo de que el pasado se quedó impregnado en su presente como en su mina Proaño que sigue produciendo plata al igual que hace cuatro siglos.

Considerado uno de los municipios más grandes, su riqueza no viene precisamente de sus preciados metales, sino de su gente y de sus bellos paisajes urbanos y naturales.

Un ejemplo de estos paisajes es la presa de Rivera, un espacio que se convirtió en un espacio de esparcimiento familiar, ubicado a la salida a Jerez por la carretera federal 23.

También otro sitio natural por excelencia que abraza a la cabecera fresnillense es la Sierra de Valdeñas, un espacio para convivir con la naturaleza, ubicado camino a Valparaíso.

Además de su riqueza natural, sus monumentos y parques son emblemas y testigos del paso de los años; sin embargo hacen parecer que en El Mineral se detuvo el tiempo.

La joya religiosa, Plateros

Sin duda alguna, un sitio obligado del turismo religioso a nivel internacional es Plateros, una comunidad unidad ubicada a 5 kilómetros de Fresnillo.

En este espacio se encuentra El Santo Niño de Atocha, una figura de Jesús como niño que se le atribuyen miles de milagros.
Por ello durante todo el año se reciben peregrinaciones de diferentes partes del país e incluso del extranjero.

En tiempo de los hacendados el municipio fue un lugar próspero por lo cual, aunque ya la mayoría están en ruinas, se asentaron 21 haciendas.

Aunque una de las más famosas es la de Santa Cruz, la de Trujillo, Santa Rosa y la de Rancho Grande, por mencionar algunas.

Lugar que cobija a quien lo visita

Su emblemático Cerro del Proaño es el símbolo de los fresnillenses y es una mina activa, en la cual hay un parque ecoturístico, en el cual se pueden recorrer túneles antiguos y llegar hasta unos miradores de la ciudad.

A unos metros también se encuentra El Ágora, sitio que fue sede por muchos años de la Universidad Autónoma de Fresnillo y después el Museo de Minería.

Por si no fuera poco, su cocina y su gente son la riqueza más preciada del municipio y un ejemplo de ello es un platillo muy particular, del cual no hay registros de dónde es la receta.

El platillo más apreciado es el caldo de rata, que es el tradicional carne de rata de campo cocinada al vapor con sus tradicionales verduras y un pedacito de elote.

Al caldito de este platillo los fresnillenses le atribuyen muchos nutrientes y beneficios para la salud, lo que lo convierte en un platillo levanta muertos que hay que probar cada vez que se visitan tierras fresnillenses.




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