Érika, una guerrera en la lucha contra el Covid-19

Érika Loera, médico especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva. Foto: Cortesía.
Érika Loera, médico especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva. Foto: Cortesía.

El miedo la invadió, pues temió contagiarse y contagiar a sus seres queridos.

ZACATECAS.- El personal de Salud ha demostrado estoicismo y heroicidad al luchar contra el coronavirus, enfermedad que ha cobrado la vida de miles de personas en México.

Un ejemplo del valiente personal de salud es Érika Loera, médico especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva, quien labora en el equipo Covid-19 de la Uneme de la Secretaría de Salud.

Érika, de 42 años, está en este módulo desde que inició la pandemia pues trabajaba en el Hospital General de Jerez.

“Originalmente estaba como médico de Medicina Interna en Jerez y surgió la emergencia sanitaria, dada mi especialidad me ofrecieron venirme para acá”, comentó.

Loera explicó que tomar dicha decisión fue difícil, pues se enfrentaban a una enfermedad altamente contagiosa, de consecuencias letales.

Al aceptar dejó sus preocupaciones de lado y comenzó a preparar la logística con la que trabajaría, aún en Jerez.

“Preparamos cómo debíamos abordar a los pacientes con Covid-19, cómo debíamos vestirnos para entrar a verlos, el equipo de seguridad y otras cosas”, dijo.

Al llegar al módulo Covid de la SSZ, los pacientes contagiados llegaron progresivamente.

Erika aceptó que ante ello, el miedo la invadió, pues temió contagiarse y contagiar a sus seres queridos.

“Por muchos conocimientos que tengamos y por muy profesionales que seamos, somos humanos y a todos nos invade el miedo, sobre todo a contagiarnos y a contagiar a nuestras familias”, dijo.

De esta manera, compartió su impresión cuando los contagios y pacientes graves aumentaron de forma exponencial.

“Fue impresionante cómo un día teníamos 20 pacientes y en menos de una semana llegamos a 50 y la mitad de esos intubados”, mencionó.

Recalcó que a pesar de tener 11 años de experiencia en su especialidad, todas sus habilidades y conocimientos los empleó durante esta emergencia sanitaria.

Disciplinando su cuerpo

Érika compartió que su rutina consiste en levantarse temprano para desayunar, tomar agua e ir al baño, ya que al llegar al módulo no puede quitarse el overol por 8 horas.

“Es imposible que en todo ese tiempo tomes agua o puedas ir al baño, entonces tuve que disciplinar a mi cuerpo y adaptarlo”, dijo.

Destacó que seguir los protocolos de seguridad es esencial, pues así evita contagiar a su hija, con quien vive.

“Tenemos que quitarnos el equipo paso por paso para evitar contagiarnos, lavar nuestras caretas, nuestros filtros y respetar la limpieza hasta llegar a la regadera a la casa”, destacó.

Empatía

Érika Loera compartió que cuando los pacientes están internados por el padecimiento enfrentan la enfermedad de una manera muy solitaria.

“Los pacientes ni siquiera nos ven la cara, estamos todos enmascarados, entonces es una experiencia traumática para ellos”, explicó.

Por ello, Érika incentivó a su equipo a imprimir una foto con sus caras para que los enfermos conocieran sus rostros.

Así, los profesionales de la salud intentan darles ánimos a quienes pasen por este padecimiento para que sepan que quienes los atienden no solo son doctores, sino seres humanos.

Por todo ello, Érika invitó a la ciudadanía a continuar respetando los protocolos que dictaron las autoridades, pues asevera que este virus es real y ha cobrado la vida de muchos.




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