Teleférico, un viaje a las alturas

La que tuvo la idea de unas carrozas voladoras fue la esposa del gobernador Fernando Pamanes. Foto: David Castañeda.
La que tuvo la idea de unas carrozas voladoras fue la esposa del gobernador Fernando Pamanes. Foto: David Castañeda.

Una experiencia única, es el recorrer la ciudad desde las alturas.

ZACATECAS. – No apto para quien sufre de vértigo, pero sin duda una experiencia única, es el recorrer la ciudad desde las alturas y no nos referimos a fumar marihuana, sino a bordo del tradicional Teleférico.

Para hablar de la historia de estas cajitas flotantes hay que irnos hasta la década de los 70, tiempo en que se trajeron las piezas para armarlas desde Suiza.

Se tardaron dos años en la construcción.

Aunque fueron de Francia, los que en tan sólo 2 años realizaron todo el trabajo. Hay que resaltar que si hay que amarrarse los pantalones para subirse, imagínese para poner los cables.

El proyectó se inició porque el gobernador de ese entonces, Fernando Pámanes, quiso consentir a su mujer, Ana María Rojas de Pámanes, quien tuvo la idea de tener un Teleférico.

Como siempre los que reconocen mejor lo mexicano son los extranjeros, quienes se volvieron locos con el paisaje.

Ahora que tenemos las redes sociales a la mano, se nos olvida que antes era muy difícil enterarse de las cosas, eso es lo que le pasó cuando iniciaron sus actividades las cajitas flotantes.

Lo anterior, porque no hubo difusión para que todo Zacatecas se enterara de su construcción o de que iniciarían los viajes en las alturas del Centro; aunque su éxito fue inmediato en el turismo extranjero y nacional.

Desde el Teleférico se ve nuestro
Zacatecas del amor.

Tristeza y felicidad a la vez

Después de 3 décadas de estar trabajando, el Teleférico se jubiló; pero años después, en el 2018, reabrió sus puertas con nuevas instalaciones, más seguridad y cabinas modernas.

Aunque también sorprendieron con una cabina con el piso de cristal, en el cual se ve clarito hacía abajo.

Hace 2 años lo remodelaron y hasta canasta de vidrio pusieron.

Y cómo ya saben, el coronavirus nos amargó la fiesta y el Teleférico no fue la excepción. Por ello, tiene ciertas restricciones al momento de usarlo.

Así que si quiere ir a pasear a la cabina de cristal, use el cubrebocas, el gel antibacterial y bájale a las fiestas clandestinas, que es mejor llenar el Teleférico más tarde, que una sala de hospital de enfermos.

Si el virus no acaba con nosotros, hay que ir a disfrutar de la excelente vista.



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