Lino da el mejor servicio en carga liviana y la amabilidad es gratis

El originario de Fresnillo tiene 32 años en el servicio de transporte.
El originario de Fresnillo tiene 32 años en el servicio de transporte.

Gracias a su camioneta de carga liviana don Lino sacó adelante a sus cuatro hijos.

ZACATECAS.- De lunes a sábado, don Lino Martínez de Haro llega en su camioneta amarilla, marcada con el número 5, para estacionarla a un lado de la plaza Bicentenario en espera de un cliente que busque el servicio de carga liviana.

Este oficia ha sido su fuente de trabajo durante 32 años.

Originario de Fresnillo, donde se dedicó al comercio y a la agricultura, don Lino llegó a la capital zacatecana cuando tenía 28 años para trabajar vendiendo jugos naturales.

Tiempo después dejó esta actividad e invirtió sus ahorros en comprar una concesión y una pickup para ofrecer el servicio de carga liviana, oficio con el que sacó adelante a sus cuatro hijos con la ayuda de su esposa.

“Me contratan principalmente para hacer mudanzas y transportar materiales para la construcción; pero aquí estamos para cargar lo que se nos pida,” comentó don Lino.

 

La competencia desleal no opaca su buena vibra

El fresnillense agregó que hace muchos años había más trabajo; pero con la entrada en masa de camionetas chocolate la chamba disminuyó y se agudizó porque hay otras unidades “pirata” que ofrecen el servicio sin tener una concesión.

A pesar de la competencia desleal, Lino y sus compañeros no bajan la guardia y tampoco pierden el ánimo; para sacarle provecho al día practican la lectura leyendo el periódico e informándose de lo que acontece en el estado y otras latitudes.

“Lo que más me gusta de mi trabajo es que los clientes queden satisfechos, dejarles una buena impresión para que te vuelvan a contratar, ellos representan nuestro sustento”, dijo.

A veces las camionetas piratas nos los ganan; pero al darse cuenta que les sale más caro, acuden a nosotros,” explicó don Lino.

Dijo que su jornada laboral acaba a las 7 de la tarde, cuando regresa a su casa a descansar y prepararse para el día siguiente.

“Los servicios varían y como todo, a veces hay días buenos y también malos; pero aquí estamos para lo que se ofrezca, tratando de darle el mejor servicio a la gente,” comentó el fresnillense.

A sus 65 años, don Lino mantiene un buen estado físico que le permite seguirse dedicando a este oficio que durante más de tres décadas le ha dado para comer y para no tener un patrón a quien rendirle cuentas.

“Mientras que podamos y tengamos fuerzas nos vamos a seguir dedicando a esto, y nuestro trabajo no sólo es cargar muebles o materiales para trasladarlo a algún lugar, nuestra labor es también que los clientes queden contentos,” puntualizó don Lino Martínez.




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