Lidia ofrece lo mejor del campo a su mesa

Foto: Lidia Ramírez
Foto: Lidia Ramírez

Desde antes de las 7 de la mañana, doña Lidia y Martín Trejo, su esposo, llegan a instalar su puesto en uno de los pasillos del establecimiento.

FRESNILLO.- Desde la comunidad de Santa Ana, Lidia Ramírez y su esposo llegan al corazón del Mercado de Abastos a vender lo mejor de su tierra, desde los nopalitos hasta el pan ranchero 100% artesanal.

Desde antes de las 7 de la mañana, doña Lidia y Martín Trejo, su esposo, llegan a instalar su puesto en uno de los pasillos del establecimiento.

Doña Lidia desde muy pequeña se ha dedicado a las labores del campo, por ello se le facilita desde cortar el nopal, córtale las espinas y picar sus nopalitos.

Por ello, también sabe que lo que más les gusta a sus clientes es el quiote, el cual lo tiene a precios racionables para cuidar el bolsillo de las amas de casa.

Para extraer el quiote, que es el tallo comestible de la flor del maguey, es necesario saber de esta planta mexicana, pues de ahí sale el aguamiel y hasta se puede hacer pulque.

Orgullosa de su campo

Cuando tuvo que “buscar la papa,” doña Lidia salió de su hermosa tierra para venir a la ciudad y ofrecer sus productos que toda mujer fresnillense debe tener en su cocina.

Desde entonces, para doña Lidia vender es su principal fuente de ingresos desde hace más de tres décadas, en una actividad que calificó como digna y que les permitió obtener un ingreso.

Con el cuchillo en mano, la fresnillense platicó que había días buenos y malos en cuanto a ventas.

Por ello, se requiere tener paciencia en este trabajo, el cual aprecia y que combina con las labores del campo cuando es temporada.

Por ejemplo, doña Lidia a veces se va a piscar chile o frijol en puntos cercanos y aunque no es fácil en un mundo de hombres, ella se supo ganar la confianza de sus patrones por el trabajo bien hecho.

El amor con el quiote es mejor

Mientras doña Lidia pela los nopalitos, don Martín atiende a los clientes, quienes no puede ocultar su curiosidad al ver los pedazos de quiote, los cuales los trajeron la pareja para dar variedad a su puesto.

Aunque la cuesta de enero les ha traído pocas ventas, doña Lidia y su esposo no pierden la fe y la confianza de que el trabajo bien hecho dé sus frutos.

De esta manera cerca de las 4 de la tarde comienzan a retirar su puesto para regresar a su comunidad y preparar para llevar sus productos a otro tianguis al día siguiente.

De esta manera, la pareja va de lugar en lugar para llevar a todos los rincones de Fresnillo lo que la hermosa comunidad de Santa Ana ofrece en sus tierras y en el corazón de sus habitantes.




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