Juan se pinta solo para arropar al Niño Dios

Foto: Carlos Montoya.
Foto: Carlos Montoya.

Cada año, para estas fechas, Juan Hernández Martínez instala su puesto en la Alameda, donde vende todo lo necesario para levantar al Niño Dios, actividad que heredó de sus padres.

GUADALUPE.- Cada año, para estas fechas, Juan Hernández Martínez instala su puesto en la Alameda, donde vende todo lo necesario para levantar al Niño Dios, actividad que heredó de sus padres.

Originario del Estado de México, Juan vino a radicar a Zacatecas cuando tenía 17 años, siguiendo los pasos de sus padres, quienes dedicados al comercio llegaron a esta tierra colorada.

Foto: Carlos Montoya.

Se animaron a venir a Zacatecas buscando nuevos horizontes para vender sus mercancías, sin saber que ya no se regresarían.

Actualmente Juan tiene 32 años y en tierras de cantera formó una familia con su esposa, quien le dio tres hijos.

Su pareja lo ha apoyado en todo para sacar adelante a sus pequeños gracias a su trabajo como comerciantes ambulantes y formales.

Foto: Carlos Montoya.

La temporada varía; pero no el buen trabajo

Dependiendo de las temporadas y las fechas son los productos que venden, por ejemplo en septiembre ofrecen todo lo relacionado a las fiestas patrias, desde las banderas hasta los atuendos mexicanos.

Lo mismo pasa en diciembre con la Navidad y ahora que está próximo el levantamiento del Niño Jesús ya comenzó con la venta de:

Ropones, las sillas, los zapatos, imágenes religiosas y varios artículos relacionados a esta celebración tan arraigada en Zacatecas y en México.

“Me gusta ver cómo la gente llega con una fe inexplicable, a veces llegan directamente por el producto, sin ven un ropón que les gustó ya no se dan el tiempo de observar los otros y me dicen que quieren ese, así también pasa con las sillas o los zapatos,” comentó Juan.

Foto: Carlos Montoya.

No pierde la fe

El mexiquense agregó que a diferencia del año anterior, en este 2020 las ventas van más flojas; pero espera que mejoren conforme se vaya acercando la fecha del levantamiento.

Es por eso que los siete días de la semana de 9 de la mañana a 9 de la noche abre su negocio, junto con su esposa que le ayuda en las ventas.

Esta actividad la realiza desde hace 10 años y en todo este tiempo la Alameda ha sido su mejor vitrina.

Lo anterior porque por ahí pasan hombres y mujeres, chicos y grandes, quienes llegan a comprarle alguno de sus productos a los precios más accesibles.

Foto: Carlos Montoya.

Las mejores ofertas

Para que el cliente se anime, Juan se pone a modo y dependiendo lo que se lleven les obsequia el complemento, como una forma de agradecimiento por darle la preferencia como todo buen comerciante.

Todos estos artículos, los importa desde la Ciudad de México, a donde va por ellos con el gusto de siempre y con la mejor actitud.

Pues se esmera para darle el mejor servicio a sus clientes que son su motor para seguir en este oficio.

En caso de que la venta se complique, Juan los guarda para la celebración siguiente volver a venderlos, utilizando este método todos los años.
Aunque de su parte, pone todo su empeño para que el negocio camine.

Es así como Juan se gana la vida, entre el comercio y la familia, porque si de algo está seguro, es de darle a sus hijos el mejor ejemplo.

Juan busca que sus pequeños no sólo sean buenos comerciantes, si así lo desean o bueno profesionistas, sino para que sean buenas personas.

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