Christian demuestra que los malabares no son un chiste
Christian Pérez García, quien a sus 15 años le gusta los malabares, los cuales le han dado alegrías y disciplina.
FRESNILLO.- Lo que comenzó como un pasatiempo se convirtió en un estilo de vida para Christian Pérez García, quien a sus 15 años le gusta los malabares, los cuales le han dado alegrías y disciplina.
La especialidad del jovencito son los llamados diábolos, con los cuales hace distintas acrobacias y para lograrlas entrena, mínimo, 5 horas diarias.
El originario del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, aseguró que muchas personas ven a los malabares como un pasatiempo; sin embargo, para lograr ser experto en su manejo se necesita mucha pasión.
Por lo anterior, Christian comentó que, en un principio, sus padres no veían con buenos ojos el malabarismo.
Sin embargo, con trabajo duro y con enfoque, el jovencito pudo comprobarles a sus papás que era otra expresión del arte y como tal pone todo de su parte para ser uno de los mejores.
Por ello, el quinceañero llegó a la aventura a Fresnillo, donde sus semáforos han sido sus escenarios y ameniza la espera de la luz verde.
Hacer malabares tiene su chiste
Desde hace algunos meses, Christian está en El Mineral tratando de abrirse camino hacia los grandes escenarios y para ello inicia con pedir una moneda en los cruceros.
Lo que gana en los semáforos no solo es para su manutención, sino que es una ayuda para estudiar lo que más le gusta, que son las acrobacias con malabares.
Para desempeñar esta actividad se requiere preparación matemática, estudiar, no es solo hacerlo porque sí, se necesita esfuerzo y disciplina,” declaró el jovencito.
Lo frena el coronavirus, pero el límite es el cielo
Debido a la pandemia del Covid-19, Christian aceptó que ha enfrentado muchas dificultades, pues se cancelaron festivales de malabares.
También, tuvo que despedirse, por el momento, de las presentaciones en espectáculos culturales en el estado, donde previamente habían acordado demostrar su talento.
Me siento orgulloso de mi trabajo, me empeño tanto en ser distinto y siento que lo estoy logrando”, aseguró Christian.
Por el momento, el jovencito se encuentra en los semáforos por 3 horas con el fin de seguir entrenado; pero, a la vez, sacar algo para la papa, pues la situación así lo amerita.