Seguirá litigio por Las Quince Letras

Los hermanos aseguran que pelean por el derecho de que se les reconozca como herederos y copropietarios del emblemático lugar.

ZACATECAS.- Con la consigna de llegar hasta las últimas consecuencias por la vía legal, seis de los ocho hijos e hijas del matrimonio de Aníbal Llamas Borja y Otilia Zamora Becerra, propietarios originales de la Cantina Galería Las Quince Letras, continuarán el pleito legal que inició luego de la muerte de sus padres.

Aseguran que pelean por el derecho de que se les reconozca como herederos y copropietarios del emblemático lugar que se ha convertido en un referente en Zacatecas, tanto para los habitantes de la ciudad, como para los visitantes de otros estados de la República e incluso, del extranjero.

Más allá del beneficio económico que pudieran obtener, quieren que perdure el legado cultural e histórico que dejaron sus padres y por encima de todo, que la cantina continué siendo un patrimonio familiar.

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Seis de los ocho hermanos aseguraron que llegarán hasta las últimas consecuencias por la vía legal.

Saben que si cierran y venden el local, Las Quince Letras pierde su valor, pues el lugar adquirió fama por la historia que representa para la ciudad, así como por las obras de arte que alberga.

Cabe destacar que en la cantina se encuentran pinturas de los artistas zacatecanos de más renombre como Manuel Felguérez, Rafael Coronel, Juan Manuel de la Rosa y Alfonso López Monreal, solo por mencionar algunos.

Sin embargo, el litigio ha sido tan largo y el proceso tan desgastante que si es necesario cerrar, lo harán con tal de terminar de una vez por todas con las pugnas, pues por encima de todo está la familia.

 

Dolidos e indignados

En entrevista exclusiva para Imagen, las y los hermanos Rosa Martha, Otilia, Luis Humberto, María de la Luz, Agustín de Jesús y Ruth Angélica Llamas Zamora, esta última designada albacea de la sucesión de vida de Aníbal Llamas Borja, explicaron que dos situaciones detonaron el litigio familiar.

La primera fue que su hermano mayor Aníbal despidiera a Humberto y Agustín sin darles nada a cambio y la segunda que los beneficios del negocio, que con tanto esfuerzo sacaron adelante sus padres durante 50 años, se gaste, entre otras cosas, en cirugías estéticas para “una tercera persona”.

En este punto las hermanas y hermanos son particularmente herméticos y prefieren omitir los detalles, pues cuando hablan de “una tercera persona”, se refieren a la actual pareja de su hermano, una joven de veinte y tantos años, de quien no quieren ni hablar por el daño que, dicen, ha causado a toda la familia.

Esta situación, explican, los ha dejado dolidos e indignados, pues aún recuerdan cuando hace 14 años su hermano Aníbal regresó de Guanajuato sin nada y la familia lo apoyó para que saliera adelante.

 

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Los hermanos Llamas Zamora. Foto: Cortesía.

Con la muerte de su padre, todos estuvieron de acuerdo en que el primer albacea fuera precisamente su hermano mayor, pero la falta de transparencia con la que administró el negocio provocó que propusieran y votaran por su hermana Ruth Angélica, la menor de todos.

Agustín cuenta que el día que votaron por la nueva albacea, él llegó a la reunión en compañía de su hermano Aníbal, pero en el lugar decidió votar a favor de Angélica, recuerdo que le provoca una sonrisa que comparten sus hermanas y hermanos como si hubieran hecho una travesura.

De ahí se fueron a desayunar, pero no contaban con que su hermano mayor se iría directo a la cantina para cambiar las chapas y cerraduras de las puertas.

Debido a que Agustín vivía en la parte de arriba del local, cuando regresó ya no pudo entrar y su hermano no le permitió sacar ninguna de sus pertenencias, incluida su ropa y sus medicamentos.

“Me dejó nomás con lo que traía puesto”, comparte.

Eso fue hace casi un año, pues la votación para nuevo albacea se realizó un viernes 9 de noviembre de 2018.

Luis Humberto cuenta que trabajaba en el horario de la mañana y se presentó de manera normal el sábado. Pese al cambio de cerraduras, finalmente accedió por una puerta que al parecer olvidó su hermano.

Ese día laboró normal, pero para el siguiente lunes Aníbal ya no le permitió ingresar, por lo que lo demandó ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, la cual determinó que debía ser reinstalado en el puesto, pero esto no ha ocurrido.

Esa situación molestó mucho a sus hermanas Rosa Martha, María de la Luz, Otilia y Ruth Angélica, de las cuales solo Otilia había dependido económicamente de la cantina, pero al ver la avaricia y la “bajeza” de su hermano, decidieron luchar hasta las últimas consecuencias por su familia.

 

La ropa sucia…

Durante la conversación, las y los hermanos experimentan sentimientos que hacen enrojecer sus ojos, se les corta la voz y de la tristeza pasan a la alegría soltando tremendas carcajadas, pues a pesar de lo malo, esta experiencia también les ha dejado gratos momentos.

Comparten que han madurado como familia, que han aprendido a ser más solidarios entre ellos, pues durante muchos años cada quien hizo su vida y algunos se dejaron de ver por largo tiempo.

El recuerdo de sus padres los pone particularmente de buenas. Comparten anécdotas de don Aníbal y doña Otilia, a quienes reconocen como personas trabajadoras, generosas, de temperamento fuerte, pero sobre todo íntegras, cuya palabra valía más que nada en la vida.

Tratan de entender en qué momento llegaron a este punto. Aceptan que como familia han atravesado por problemas, discuten y a veces no se ponen de acuerdo, pero al final, aseguran que lucharán por conservar su patrimonio.

“Hay gente que me dice: ‘la ropa sucia se lava en casa’”, explica Ruth Angélica, quien a pesar de ser la menor demuestra más carácter que los mayores, quienes le reconocen el liderazgo que ha tenido para enfrentar este proceso.

Sin embargo, considera que han sido objeto de agresiones muy fuertes por la contraparte, incluso a través de las redes sociales y no está dispuesta a tolerar más esta situación.

Por ello, explica que acudieron a las autoridades, pues no están peleando por algo que no les corresponda y tampoco negarán el derecho que también tiene su hermano mayor. “No somos como él”, aclara.

“Lo que queremos es equidad”, dice y segura que no descansará hasta conseguirlo, pues sus padres siempre les pidieron que al ser hermanos, se vieran como si fuera el último día.

En el proceso, reconocen, ha habido momentos de desánimo, pero si uno cae, los otros lo apoyan y continúan la lucha juntos, por lo que pide que no se malinterprete el hecho de que no hayan actuado para tomar posesión de lo que por derecho les corresponde.

“Somos personas civilizadas. Apegados a ley recurriremos a todas las instancias que sean necesarias”, aseguran, sin importar cuántos amparos tramite su hermano, a quien le dejan en claro que ni le cederán ni le venderán la parte que les corresponde, ya que su lucha es por lo que construyeron con trabajo, amor y sacrificio sus padres.

 

Asunto de familia

Aunque Imagen ofreció a Aníbal Llamas Zamora espacio para para externar su versión respecto a la información que hoy se publica, dijo no estar interesado y expuso que este es un asunto de índole familiar que solo importa a las personas directamente involucradas.